Poema 164546

Soy tan disperso y tu tan compacta
Soy el viento que anda por todos lados sin hacer nada
Y tu eres la montaña que quiero mover
Estoy por todos los lados, te crees dios, me dijiste un día
Por ti hasta el diablo seria, te respondí.
Estoy tan lejos de mí mismo, que a veces te encuentro, sin quererlo
Y otras veces te pierdo a propósito
Tengo un alma de mil colores, desde el blanco puro hasta el negro diabólico
Y tu solo eres celeste, tan celeste
Y tus ojos amenazan pintarme de gris al no mirarme
¡Ay!, ya hable tanto de ti, tanto de mi
Ahora ven conmigo y hablemos de nosotros...

Solrak

EL INICIO

10 de septiembre de 1998, 18 horas. En una pequeña ciudad de Sudamérica ocurrió una desaparición misteriosa. Un muchacho de 17 años desapareció de su hogar sin rastros. No hay pistas ni sospechosos. Los padres solo declararon a la policía que el chico desapareció en el aire.

Otro caso parecido ocurrió en un país vecino, donde una chica de 18 años se esfumó en el aire en presencia de sus amigos.

El caso ha sorprendido al mundo en general. Otras cincuenta personas han desaparecido de la misma manera. Hasta algunos casos han sido grabados. Lo más sorprendente es que fueron chicos de 16 a 20 años, a la misma hora, con una precisión exacta. Se presume que pueden aumentar el número de desaparecidos.

La policía de todos los países investiga el caso minuciosamente, sin embargo nadie encuentra alguna pista. Pasados tres años del incidente, cuando ya pocos recordaban el episodio empieza a aclararse el misterio. Así como desaparecieron, los chicos desaparecidos vuelven a sus casas. Las familias afectadas no daban crédito a lo que veían. Y la policía simplemente se limitaba a registrar los casos como simples fugas de hogares, sin mencionar en los expedientes las anormales circunstancias de las desapariciones.

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La familia Ramírez ha sufrido mucho con la desaparición de Juan- comentaba el tío de Juan a la prensa. - Ahora que está de vuelta, deseamos estar junto a él y saber como se siente. Es lo único que diré. Muchas gracias por venir.

El tío de Juan, Ernesto Ramírez, estaba cansado de excusarse ante la prensa de ese modo tan formal. Era demasiado. Todo era demasiado desde la mañana.

Siempre llegaba a ver a su hermano, el padre de Juan, Tadeo, para ir juntos al trabajo. Era una rutina que tenian desde chicos. Había estacionado su auto, cuando algo lo obligó a ponerse los lentes. La mañana había sido fría así que no le presto mucha atención a la bruma que empezaba a cubrir el ambiente. Pero era algo más. Y no lo notaba solo él, sino la mayoría de vecinos de su hermano. Pequeños destellos, así como cortocircuitos, descargas de electricidad empezaron a acumularse en medio de la pista. Pensó de pronto que ya había pasado por eso. Casi se golpea la cabeza cuando asoció esas cosas con la desaparición de su sobrino tres años atras.

Todo fue rápido. De pronto la bruma comenzó a acumularse en un punto y las descargas comenzaron a ser más luminosas. Y empezaron a condensarse en una forma humana. Y apareció Juan. Al principio no lo reconoció. Estaba más alto, y con unas ropas extrañas como de monjes, túnicas largas con una capucha.

- Que DIABLOS ES ESO!
- Hola tío.

Ernesto casi muere de un ataque al corazón. Se le acerco, lo abrazó para saber si era real, y todas las personas, una docena, que pasaba por allí temerosos caminaban hacia ellos para indagar lo que sucedía.

Casi lo llevo a rastras a la puerta de su casa gritando, llamando a su hermano, a su cuñada, a todos para que lo vean. Cuando abrieron la puerta, lo primero que hizó fuen gritar: "¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Llegó Juan!!!!!!!!!!!!!"

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Dos días despues comprobaron por las noticias que en todo el mundo, en los lugares donde habian desaparecido chicos así como Juan, habian aparecido todos. Los gobiernos de todos los países hicieron un censo especial para calcular el número exacto de chicos raptados, como eran llamados ahora.

Juan era tratado por sicologos y policas que trataban de descubrir lo sucedido.

- dices que no recuerdas nada? ¿estuviste tres años fuera y no recuerdas?
- Ya le dije, no recuerdo nada.
- Y esas ropas con que apareciste?
- Tampoco lo se. Los que me secuestraron deben haberme vestido así.
- Y la forma en que apareciste?
- No se.
- Eres imposible, chico. Tu familia quiere saber que es lo que paso. Y todo el mundo.
- Pues yo tambien.
- Pues no te creo. Tu sabes algo, he investigado a la chica y al otro muchacho y todos responden de la misma manera, ustedes tienen un secreto.

Juan se paró de golpe. "maldita sea dejenos en paz". ¡porque?

Porque nosotros no somos los enemigos.-
Enemigos? Que enemigos?-

Juan lo miro fijamente y le pidio que lo dejara salir. Al salir la prensa lo abordo con preguntas mas preguntas.

Angie

No se como empezar porque yo no se como empezó todo. A Angie la conocí en la calle. Precisamente haciendo cola para un trabajo. Ella estaba delante de mí, y desde que yo había llegado en mis adentros me había dicho: "que suerte tengo". En ese trabajo querían jóvenes para repartir volantes, estaba algo necesitado de dinero y el dinero que prometían no era poco para solo unas horas de trabajo.

Seleccionaron unos cuantos, a diez, yo tuve la suerte de que era el único que conocía una zona de Chiclayo y ya era uno de los repartidores de volantes. En realidad no eran solo volantes, íbamos a ir de casa en casa dejando unos sobres con información acerca de un producto.

Nos dividieron en cinco parejas, y a mí me toco con Angie. Muchos me miraron con una cara de envidiosos.

- Hola, soy Sergio.
- Hola Sergio, me llamo Angie, creo que nos espera una caminada de la patada.

No quise asustarla contándole que era un salvaje al que le gustaba caminar, y por eso, es que quería el trabajo. Tendría horas de caminar y encima me pagarían por ir al lado de una linda chica.

- Si pues...
- ¿Estudias?

Fuimos conversando hasta que llegamos a la primera casa. Yo llevaba la mochila que contenía los sobres. Nos habían dado unas gorritas amarillas y un polo verde. "Parecemos loros", dijo Angie que caminaba alegremente con un fólder. Toco a la puerta y sale una señora gorda y algo despeinada. De la impresión me quede mudo. Menos mal que Angie salió a mi rescate recitando de memoria las frases que nos habían enseñado en la oficina.

Cuando terminamos y fuimos a la siguiente casa, mientras yo refunfuñaba por mi poco valor, ella caminaba tranquilamente. Volteo a verme de pronto y me dijo que si seguía con esa cara nadie nos abriría la puerta. "Maldita", pensé.

- Es que con tu carita creo que mejor tu hablas, y yo entrego los sobres, OK?
- OK
- Tu seras la fachada, y yo lo interno.
- Yo la fachada, acaso tengo cuerpo de pared

La princesita

La llamabamos la princesita, aunque muchos de nosotros la hubieramos hecho nuestra reina y unica soberana. Era la engreída de todo el mundo y ella engreía a todos, siempre feliz, siempre radiante. Era mabale contodos y nadie podia decir que no le era simpatica. Yo la conoci, una tarde que fui a la casa de Luis Vasquez, su primo. Necesitaba con urgencia un libro que el tenia, asi que habia ido a su casa y en ese momento esperaba que Vasquez saliera de su cuarto, ya hacia media hora que se habia metido a buscar el dichoso libro.

Fue en ese momento en que maldecía para mis adentros a la desordenada vida de luis vasquez, cuando escuche que la mama de Luis abria la puerta y por el pasadizo que daba a la sala, donde estaba yo asado con todo el mundo, aparecia la cegadora sonrisa de una chica alta, de mi talla mas o menos sin los tacos, algo caderoncita y con el pelo lacio y unos ojos claros. Vestia un polito de esos pegaditos y un jean celeste. Un amor de chica. “Hola amigo”, dijo sonriendo siempre. “Y habla”, pensé. Apenas respondi al saludo debido a mi sorpresa. Paso sonriente y mirándome como si yo fuera un niño o su mascota. “Primito”, dijo, apenas levantando la voz. Debió hablar un momento con Luis y luego salio a la sala. Casi todas las familias tienen el conjunto minimo de muebles de dos pequeños, de una personas y un grande como para cuatro. Yo estaba sentado en el grande en un lado. Ella casi corriendo salto a mi lado sentándose y sonriendo siempre. “me llamo Diana, soy la prima de Luchito. ¿Y tú?”

Estaba nervioso, y al ver esa chica tan preciosa, tan ... tan ... provocadora que sonreia sin dejar de mirarme como retándome. No encontraba las palabras. Ella sonrio aun mas, tal vez percibiendo mi nerviosismo. Pero cuando mi cerebro ya reacionaba y mi lengua comenzaba a moverse aparecio triunfal Luis Vasquez, y el libro que habia buscado seguramente hasta en el techo de su cuarto, para encontrarlo debajo del ultimo “El Comercio” que habia comprado. “Javier, aquí esta.”

“ah te llamas Javier”, dijo Diana. Asenti, mientras revisaba el libro, y los dos primos me miraban como si fuera un descubrimiento asombroso, sin leerlo por un buen rato hasta que le dedique una ojeada no vaya a ser que este de cabeza y la flaca se mate de risa junto con Luis.

“Princesita, ahorita me cambio y vamos con Coco” la princesita asintió sonriendo como siempre. “Si, si primito.” Y yo que queria abrazarla por ser tan linda y decirle que ya no se hacen las chicas como tu. Me tomo de la mano dejando mi cerebro trabajando solo en mi mano concentrándose en sentir su mano tomando la mia. “nos acompañas”

“ah ... no puedo, tengo un trabajo que hacer.”
Su respuesta, un “eres malo” casi gritándome, casi me hace desear suicidarme. “malo, que penita pues. Pero eres un chico muy trabajador” decia y sonreia, “ah primito, prestame tu casaca”, y luis le decia que pase a su cuarto y la busque. Me besó en la mejilla despidiéndome. Cuando me despedi de Luis Vasquez, le dije en son de broma que me habia enamorado de ella.

“¿de diana? A todos les pasa eso cuando la conocen, la princesita siempre es asi, con todos, esta media loca, creo. Sabes mi mama siempre dice que Diana iba a ser un angel, sino que dios nos hizo el favor y nos la mando”- me conto. Todo el resto del dia no hice otra cosa que pensar en la princesita y en las cosas raras que decía Vasquez.

No volvi a verla hasta tres semanas después, la noche en que regresaba a mi casa cansado y apenado por haber peleado con una amiga, con la chica con la que queria estar. Esperaba la combi con cara de pocos amigos, cuando senti en mi espalda que alguien em tocaba. Voltee vivamente y la ví. ¡Hola! Dijo,sonriendo, siempre. ¡hola!, respondi algo cortado.
“que haces”
“espero mi combi”
“y tu”
“regreso de la casa de un amigo. Bueno de mi enamorado”, dijo poniendo los ojos en blanco.
Me puso mas triste aún, sin razón, pero triste. Tenia enamorado la princesita.
¿Y cual es tu combi?
Cualquiera, dije.
Ella se rió tan graciosamente, que no quise que terminara nunca de hacerlo.
La mia va al centro, es decir yo voy al centro, mi papi me ha dado dinero para comprarme un celular, el ultimo lo perdi.
Ah..
Mi primo dice que sabes mucho de tecnología y esas cosas, ¿porque no me ayudas a elegir?
La miré, y fuera de lo bonita que era la condenada, no tenia muchas ganas de ayudar.
Rosado.-dije rápidamente.
¿Qué?-ella arqueo sus cejas.
Rosado. Un celular rosa. Justo para una niña como tú.-solo quería deshacerme de ella, quería ir a mi casa y dormirme, pelearme con mi amiga me había vuelto un gruñón.
Gracioso eres. –dijo antes de tomarme por el brazo y hacerme subir a la combi casi a jalones.
Yo con los ojos muy abiertos no atinaba a decirle nada. Ya sentados dentro, me comentó que no le gustaría un celular rosa, ella quería un celular negrito, es mas elegante, y combina con cualquier tipo de ropa.
Yo me seguía preguntando, si mi conocimiento ultravalorado de la tecnología influiría en algo a su decision.

El Viajero

Siempre he querido viajar por el mundo. Romper la rutina y dejar que sea la suerte quien dirija mi vida y no otros, contando padre y amigos. Hace ya tiempo que salí de mi casa abandonando familia, amigos, estudios y una chica que decía estar enamorada de mí. Fue una decisión rápida, no estuve pensándola todo un mes, fue una madrugada, desperté pensando en unos gringos que estaban en la ciudad de pasada, quizás podía acompañarlos. De pronto estaba guardando en una mochila lo que alcanzara de ropa y otras cosillas que quería llevar conmigo. Escribí una carta a mis padres lo mas rápido que pude. Les dije que no se preocuparan ni me buscaran, iba a estar bien. Y lo que es me gustaba mas, iba a sentirme mejor, en mi auto exilio. Tenía algo de dinero guardado en una cuenta. Supuse que serviría mientras encontrara trabajos eventuales y en verdad eso sucedió. Mire a mis padres dormir, un buen rato antes de decidirme. Tal vez mi madre lloraría y papá le subiría la presión, casi me arrepentí.

Bueno pues allí me encontraba fuera de mi casa, con algo de frío y respirando hondo. Pense que los gringos aun estaban en el hotel donde los habia visto alojarse. Eran las tres de la mañana, tome un taxi y llegue al hotel a eso de las tres y cuarto. Los gringos eran dos, hombre y mujer, novios quiza. En ese momento casi regreso a casa pensando que no me aceptarian. Ya me imaginaba regresando a mi casa, cuando una mano grandaza y fuerte me tomo del hombro. Era el gringo, se llamaba Dennis, pero en se momento no lo sabia. “Cuidado flacou.” Sonreí y me hize a un lado para que pudiera pasar con su mochila en la que parecia llevar todo Estados Unidos, incluida Alaska. Tal vez por eso no se sentian tan solos, parecia que en cualquier rato iban a sacar a todo su barrio y ponerse a conversar. Después del gringo paso su hembrita, tambien con otra maleta del mismo tamaño, pense, alli lleva lo que le falta por visitar. Era bonita, algo cruda pero bonita y de buen cuerpo, buenas noches debia pasar el gringo Dennis supuse.

Cuando ellos salieron del hotel, fui tras ellos a la carrera pues andaban rapido y con una sonrisa que parecia que el mundo era perfecto conversaban en su idioma, lo unico que entendia era cuando decian algo en español enredado. Voltearon extrañados, debieron pensar que les iba a pedir dinero o algo asi. Después que les dije lo que queria hacer, ellos se miraron como si estuviera loco. “No, Nou. Regresa a casa. Tus padres deben extrañarte”. Les engañe diciéndoles que era huérfano y no tenia nada. Me explicaron, con una sonrisa condescendiente, que su vida no era facil, no siempre dormian en hoteles, sino que en el camino, en el suelo. Fue un error que me dijeran eso pues me entusiasmo mas. Aceptaron, creo yo mas porque estaban apurados por comenzar y conocer mas. “Esta bien, yo ser Dennis, ella es my girl, Roxana.”

Dime quien soy yo

Dime quien soy yo, seré acaso tu amanecer o tu noche sin fin
Donde me encuentro, dime,
Cuando me abrazas, si junto a ti o muy cerca de tu corazón
Acaso estoy de más como todos, o soy el primero en tu lista
Atrás, delante y a tu lado.
Una vez acaso, he estado cerca de ti?
He caminado contigo, o solo a tu lado?
Me tienes en cuenta, mi amor
Si el alma te duele, me llamas
Si estas feliz, porque estoy contigo
Haciendo mil y una locuras, olvidando a todos
Convirtiendo el mundo al nuestro
Pero dime, al fin y al cabo, quien soy yo?
Tu amigo, tu amante, ya lo se
Pero deseo saber, si soy mas que eso.
Soy tu amor, ya me lo dijiste
Pero también, tu vida?
Día a día, compañera mía
Baúl de mis secretos, has deseado ser mas mía?
Perdona estas preguntas mujer, mi mujer
Acaso soy todo para ti, no solo el beso en la calle
El abrazo al despedirse y al encontrarse
Soy tu sonrisa, también, al despertar
La ilusión de ese corazón loco que tienes
Traté de construir un mundo nuevo para ti
Y quisiera saber, si vas a darle un nombre
Amor....¿soy mas que tu amor?
Dime, quien soy, mi amor
Porque para ser franco, yo no se que soy para ti.
Solo sé, que lo eres todo para mí.

Una historia de Siktans

Despues de qe mahugt fuera apresado por la guardia real, el bebe corria un gran riesgo. Solo un soldado de sangre real podria descubrir la presencia maligna de su perseguidor y no habia guerreros como tales ya que habain sido asesiansods en la segunda guerra con las tribus de la zona oscura.

La zon aoscura es el lado malo que todos tiene y principalmente el narrador de cuentos concoia tal lado, ya que en el se presentababn los dos aldos con tal maginutd que le daba miedo. La zon oscura no habia podido ser explorada por lo pelgrosa y de ella solo se concen hostorias.

Encontraron a diez guerreros detrás de una montaña azul petrifdicados. Parecian estatuas hasta que el narrador reconocio en el a uno de sus amigos d ela infancia y a su hermano. Luego recordo que la caravana con la que viajaba fue atacada por un sjeto alto y fornido que tenia los ojos llameantes y el pelo completamente erizado.

Lo mas sorprendente y que fue lo que paralizo a todos es que el sujeto pareceia concer las técnicas antiguas del arte de los siete guereros que defendían siktans en la antigüedad. Si utilizaban la bionergia entonces era uno de ellos o uno de sus descendientes o alumnos.

El narrador de historias sobrevivio al caer a un precipicio y quedar colgaod de una rama. Cuando subio s donde estaba la caravana encontro a todos muertos como fuminados por un rayo. Paraecia justicia divina.

A su regreso conto su historia pero como era muy concido por todos que inventaba cosas para sobrevivir nadie le creyo. Era aun joven peor nadie lo habia visto trabajr ni hacer algo mas que contar sus historiaias.

El bebe continuaba en la casa de Joseph, este esperaba que maghut regresara pero maghut nunca lo haria. Al amanecer fue ejecutado por atacar a un integrante de la fuerz armada real. El origrn del niño moriria con maghut hasta que su destino vinieraa buscarlo.

Veinte años después en el reino de la zona oscura, origen del bebe que era l,lamado ikanus, se envio a un guerrero a traer al hijo de la pirenciesa. El heredero del trono no iba a cionceder una minima posibilidad d eperder el trono, ordeno el asesisnro del hijo de su hermana.

Los ocho reinos iban a enfrentarse a una fuerza superior a ellos en conjunto y que utilizaba armas que ninguno de ellos habia visto, solo la habian escuchado en las leyendas del narrador de historias.

El guerrero d ela zon aoscura era Thulger. El habia sido el que habia atacado a la caravana del narrador de historias. Ahora acabaria con el bebe. Fue el primero de muchos que habiran de llegar a destruir.

Thulger observo el estado d elos ocho reinos y se dio cuenta dd e que ninguno de ellos podrina enfrentarse siquiera a guerros como el. Entonces se sintio ofendido por el trabajo indigno que habia recibido y regsoa la zona oscura y envio a uno de sus disipulos, Jhulk.

Jhulk era un guerrro menor, pero que podria destruir a un batallon entero de humanos. El entro por laktnas y ataco y destruyo dos ciudades. Primeir fue La ciudad de lago, pregunto por el bebe que habia llegaod hace veitne años y dio las señas, nadie lo ayudo ni le presto atención. El rey de laktans al sospechar d dlea procedencia de jhulk ordeno apresarlo, este destruyo la ciudad liberando de golpe su bionergia que contuvo unos cuantos segundos.

En la segunda ciudad, loya, no pregutno solo llego y la destruyo. Los habitantes que sobrevivieron llegaron a al capital del reino pidiendo ayuda a l rey. Este envio un ejercito, creyendo que miles de guerros de Frihu, el reino vecino estaba atacándolo. nUnca pudieron salir de la capital, por jhulk habia seguido a los sobrevivientes de las dos cuidsdes y la destruyo a la cpaitasl.

Desde que la soledad ha llegado

Desde que la soledad ha llegado
Mi mente ha volado lejos de mi
Vi tu rostro, recorde ese dia triste
Cuando parecia llover, pero solo en tus ojos
Cuando no te tuve paciencia
Yo lo se, recien entiendo
Me buscabas, pero no me encontrabas
Pues yo tambien estaba buscandome.
Ahora solo me queda arrepentirme
Buscare tu perdon, pero no lo encontrare
Me preguntaba que habia hecho mal
Ahora que lo se, dudo en mi
Si hubiera sido mejor, ese dia
Haberte besado, y pedirte otro mas.

Cuando tu te acercas

Cuando tu te acercas
No se donde estoy yo
Por eso me veras
Con una cara de yo no fui
Con ganas de irme y de quedarme
Triste si te alejas
Triste cuando estas a mi lado
Alegre cuando me miras
Y mas aun si me besaras
¿Estaré loco?
Tal vez si, por eso te imagino ahora cerca de mi
Cuando mas lejos estas de aquí

Ahora estoy viendo la ciudad
Caminando estoy a tu lado
Mientras que al mismo tiempo camino muy solo
Cuando te acercas a mi
No se ni quien soy.
Me imagino un niño
Deseando un juguete
Y escuchando historias
Acerca de una princesa
Que no quiere ser mi reina
A veces soy un adolescente
Enamorado del amor
Entonces dejo de navegar en tu mirada
Y empiezo a recorrer
Tu cuerpo a besos.

Cuando te acercas a mi
No se que eres para mi
Un oasis en medio del desierto
Un sol para el frio
Un descanso en el camino
De pronto de conviertes
En mi castigo amargo
Volviendo tu indiferencia
Hacia mi.

Y me pregunto,
¿Acaso he hecho algo mal?
¿Te bese cuando no debí de hacerlo
O dejé de hacerlo cuando querías mas?
Mis ojos te miran preguntándote
Mientras mi boca espera tu respuesta

Al acercarte a mí
Ya no se que hacer
Mi piel se me eriza,
Ya te lo habrán dicho miles de veces
Pero, ahora....te lo digo yo
Y no me importa repetírtelo

Todas esas cosas que tenemos
Un volcán encendido, un iceberg de pronto
Tan impredecibles
Una pelea, una caricia
Me hacen sentirme enamorado
Me convierten en pájaro alado
Listo para estar a tu lado
Cuando lo necesites.
Cuando mas lo desees.

Cacería

Él corría a través del campo. Su cuerpo cada vez se hacia mas pesado, más torpe, mas pesado. De su pierna caía un hilo de sangre que dejaba un rastro que sus perseguidores seguían incansables. Era rápido, pero la herida en la pierna le restaba agilidad, y la pérdida de sangre la sentía como un lastre que se le prendía del cuerpo.

Su perseguidor lo acechaba, lo tenía casi en sus manos, no le quitaba la vista de encima, le impedía descansar, le obligaba a seguir corriendo, tenia que hacerlo, estaba sangrando, y eso lo debilitaría a cada segundo, facilitándole su labor, que era matarlo, un poco mas.

Podía sentir su respiración, que era muy calmada, en comparación con la suya que cada vez era mas agitada, más penosa, como si el aire conspirara contra él. Percibía su mirada en su nuca, omnipresente, cada vez más terrible, más insensible.

La emoción que sentía lo embargaba tanto que parecía que volaba detrás de su presa. Allí estaba, apenas a unos metros, a punto de caer, pero siempre con una tétrica sonrisa en sus labios le concedía unos metros más, unos segundos más para que su terror aumentara, y que fuera peor que la herida que tenía en su pierna.

Resbaló, pensó que era el fin, pero no trastabilló y una fuerza extraña que le salió desde muy adentro lo levantó, y le permitió seguir corriendo. Volteo a ver, el estaba atrás suyo. La pierna empezó a punzar, y la sangre seguía saliendo.

Salto una roca, y se deslizó entre dos árboles, acercándosele cada vez mas, ya se cansaba del juego, y tenia que volver a casa. Pero, piso una roca que tenia una mancha roja, la sangre de su objetivo. Y resbalo, cayendo aparatosamente, llevo la mano derecha al cinto, hacia su revolver; mientras la izquierda le servia de apoyo.

Volteo, “¡resbaló! resbalo, ¡se cayó!”, pensó mientras lo miraba caer, y lo seguía mirando, “me escape, miserable, no me alcanzaras”, ganaba metros, lo dejaba atrás a su cazador, y a la muerte. Pero no se dio cuenta que al frente, adelante, estaba un árbol, cuando volteo con una sonrisa, se estrello con el. No fue tan fuerte el golpe, pero si la sorpresa que lo inmovilizo.

Estaba en el suelo, y ya tenia su revolver en la mano, increíblemente él estaba inmóvil, fijo, de espaldas a él. No había tiempo de pensarlo. El cazador apretó el gatillo.

Anoche te senti mas cerca

Anoche te sentí mas cerca

Pude ver tu sonrisa frente a mi

Oler tu perfume

Acariciar tu pelo.

Anoche te bese tantas veces.

Y muchas mas veces, te hice el amor

Sin descansar, nos quedamos casi sin respirar

Anoche te dije tantas palabras

De esas que te gustan, que te hacen suspirar

Esas palabras que te hacen cerrar los ojos

Y me permiten, de tu confianza abusar

anoche te sentí mas cerca que nunca.

A pesar que entre otras cosas

Ya no estabas aquí.

Poema 45645678

ANTES DE QUE ANOCHEZCA VOY A LLORAR DE NUEVO
ANTES DE DORMIR TE VOY A RECORDAR
ANTES DE IRME LEJOS TE PERDERE PARA SIEMPRE
Y TU TAMBIEN ME PERDERAS
POR QUE NO QUISISTE LO QUE TE DABA
POR QUE NO TE IMPORTO
POR QUE NO TE DISTE CUENTA
POR QUE NO PUDISTE HACER NADA POR LO QUE YO SENTIA.
DE QUE ME SIRVE QUERER A QUIEN NO ME QUIERA
DE QUE ME VALE ESA AMISTAD QUE NO QUIERO
QUE ME IMPORTA UNA AMIGA CUANDO NO PUEDO TENER UNA MUJER
ESTE DOLOR A QUIEN LE IMPORTA SINO A MÍ
COMO SONREIR SI LLORO POR DENTRO Y SUFRO CADA DIA MAS
AL VER QUE NI UNA MIRADA RECIBO DE TI
QUE ESTOY PENDITEN DE TI
Y YA NO PUEDO SOPORTAR SER NADA MAS QUE TU AMIGO
UN AMIGO AL QUE NI SIQUIERA LE DAS UN POCO DE CHANCE
JUSTO EN ESTE MOMENTO ESTOY PENSANDO EN TI
EN ESTE SEGUNDO SUFRO POR ESTAR LEJOS DE TI
QUE YA NO PUEDO HACER NADA
Y ES MAS QUE SEGURO QUE NI SIQUIERA
UN SEGUNDO ME HAS CONCEDIDO EN TUS PENSAMIENTOS
DESDE LA ULTIMA VEZ QUE CONTIGO HABLE.

Poema 44646421

me gusta tu forma de ser porque un día descubrí en tus ojos

una cosa que nunca he visto a nadie, un brillo loquito, una luz que solo yo puedo ver

te confieso, sin pudor, que deseo hacerte el amor sin tiempo ni final

que más da, si te molesta, si dices que hay otras cosas más importantes

pero, disculpa, soy de carne y hueso, y frente a tu piel

mi piel se eriza y desea entrelazarse con la tuya

ser uno, y dos al mismo tiempo, hacerte mía, hacer de tú y yo, un nosotros.

Poema 644

estoy esperándote, que llegues esta tarde

hoy quiero mirarte a los ojos

y buscar la respuesta a mi soledad

hoy, que ha amanecido nublado, y mi alma esta triste

deseo encontrarte a mi lado, con una sonrisa sin fin

estoy esperándote, que aparezcas por la esquina

y que no pases de frente, sino que te quedes junto a mí

al despertar he dicho tu nombre, y te he buscado cerca

estas tan lejos que te siento tan cerca

tu boca ha inundado mis labios de deseo

y mis manos buscan acariciarte sin cesar

hoy, que he pasado el día, sin calma ni paz

estoy esperándote y ojalá que llegues.

Poema 545646354654

te encontré, al fin, hoy te tengo

te soñé tantas veces, a mi lado

bese mil labios para tratar de conocerte

he atravesado distancias

han pasado años para hallarte

te encontré, al fin, hoy te tengo

te encontré, al fin, hoy te tengo

y ahora, después de tanto

al fin de miles de historias

lo único que te digo, al oído y muy bajito, es:

“Cómo te extrañe¡”

Poema 644446323

a veces parece que me odias, a veces que me amas

hay ratos en que debo gritarte para que recuerdes que vivo estoy

que mi corazón y mi ilusión, no viven sino en tus ojos

hoy te reclamo, por mí, por ti, que no quieres decir nada

que no me quieres ni el saludo dar, que no me quieres

que fue, que hice, todavía no es tarde, nunca es tarde

vas a volver me preguntas, pero tu huyes de mí

cuando me equivoque, cuando te hice esa herida

que te duele tanto, tanto como a mi no creo

Merezco esto, lo nuestro merece olvidarse, es justo?

Hoy te busco y no te encuentro, que extraño, antes no eras así

Hoy te encuentro en cada cosa, en cada canción, pero a ti, a ti no te encuentro.

Poema 45564654


Hoy me siento de lo peor y sé que puedo estarlo aun más
Señor cantinero, una mas por favor, no me la niegue
Es mi derecho, ya soy mayor de edad
Solo quiero una mas

No puedo negarlo, quiero largarme, me quiero emborrachar
Pues la mujer que quiero, no sé por donde andará
Estoy extrañándola y borracho la he de olvidar

En el borde

A veces ocurre que no entendemos para que estamos en este mundo y queremos desaparecernos. Simplemente vemos al mundo como a través de un cristal, como si fuera una mala película. Miramos hacia delante y no vemos nada. En eso estaba pensando al borde del puente. Hacia frío pero no me importaba aun cuando siempre había sido friolento. Eso iban a decir de mi, era friolento, era callado, “era”, porque saltaría y pasaría del feo “soy” o “es” al calmado y muerto “era”. La ciudad era gris y no era una gran ayuda para mi estado de ánimo. Eran las dos de la madrugada, y la garúa y la niebla me daban aun más tristeza que la razón que me impulsaba a suicidarme. ¿Mi Familia? Quién sabe que estarían haciendo. La verdad que sentía que les había fallado. Allí estaba yo, al borde del puente mirando el río casi seco donde mi cuerpo se estrellaría. Tenía que hacerlo bien, no quería quedar agonizante abajo sufriendo interminablemente hasta que alguien me encontrara y me llevara a un hospital donde me devolverían la salud, mi melodramática salud, si es que lo hacían, y a la vida horrible en la ciudad.

No se porque gire la cabeza un poco a mi derecha. Tal vez fue una sensación algo extraña que me impulso a ver hacia un lado. Cerré y abrí los ojos varias veces. Me parecía una alucinación. No me drogaba, así que deseche esa posibilidad. “Debe ser mi estado de ánimo”, me dije. Era una chica como de mi edad, o algo más joven. También estaba en el borde del puente, unos metros más allá. Tenía los ojos cerrados extendiendo sus manos, y su cabello rubio, me parecía, suelto flotaba en el viento. Era de piel clara y vestía un polo y un blue jeans. Pensé que si ella, tan bonita, se iba a suicidar, yo no tenía esperanza. Miré hacia abajo, donde los dos íbamos a terminar. Por que no acercarme a ella y desde allí hacerlo juntos. No. No se que me pasó. Era injusto que esa chica bonita se matara y yo pensando matarnos juntos. Me aleje del borde y caminé hacia ella.

Cuando llegué donde ella, aún estaba en la misma posición y ya no me parecía una alucinación, era muy real. Solo estaba mirándola. ¿Qué crees que haces?, me preguntó sorpresivamente. No se había movido ni abierto los ojos. No sabia que decirle, es decir, que le dices a alguien que se va a suicidar, ¿que no lo haga, cuando tu también lo vas a hacer? Después pensé que ella no se iba a suicidar sino que solo estaba en ese lugar para… ¡no lo sé! “No lo sé. Solo no quiero que lo hagas, lo que piensas hacer.”, le dije. La garúa se había detenido pero la niebla era más espesa. Parecía que estábamos entre nubes. “Quiero acabar con los problemas. Eso quiero hacer”, me replicó.

“No acabarás con los problemas, solo contigo”, dije. “Tú has venido a lo mismo.”, ella abrió los ojos y volteó sobre su propio eje. Continuaba en el borde del puente y me miraba. Tenía una infinita tristeza en su rostro, como cuando despiertas de un sueño triste. “Tal vez soy yo un problema y vengo a terminarlo.”, me dijo. “Sólo no lo hagas, no ahora.”, le pedí. “Debes estar loco para pedirme eso.”

“¿Loco?”, le replique, “Claro que lo estoy. Debo estarlo. Talvez siempre lo he estado.”

Le sujete una mano. Ahora estaba un poco molesta. Se le veía en su rostro. Se podría arrojar al abismo y yo no tendría la fuerza para sujetarla. Pero caminó hacia mí lentamente. Empecé a caminar llevándomela en silencio. Caminamos por horas hasta que pensé ir a mi cuarto, el sitio de tres por tres que alquilaba. No habíamos hablado nada, y tampoco le dije hacia donde íbamos. Ella tenía mucho frío pues tiritaba y temblaba la mano que yo sujetaba y que no quería soltar pues me parecía que aun estaba al borde del puente. Llegamos con la mano libre abrí la puerta, ahora ella la que no me soltaba. Casi amanecía y estaba tan cansado que solo quería dormir. La senté en la cama y me soltó. Cerré la puerta y eche llave. No se porque eche llave, tal vez tenia miedo que se vaya y me deje la sensación de un mal sueño. Pero deje las llaves en mi mesa, no quería asustarla. Me senté en el suelo apoyado en la pared, frente a mi cama, donde estaba ella. No sé cuando, pero me dormí.

Desperté pasado el medio día. Miré mi cama y estaba vacía. Sonreí pensando que lo había soñado. Me paré y me eche en la cama pesadamente. Al echarme sentí en mi espalda un papel o algo así. Si era un papel con algo escrito. “Quién quiera que seas: Tengo que irme.” Allí sonreí nuevamente, si era verdad. Pero que fea nota, “tengo que irme”, bromeé remedando. Como a las seis salí hacia mi trabajo. Mi labor era estar sentado seis horas en la boletería de un cine vendiendo las entradas. El sueldo era miserable pero me ayudaba a vivir. Allí recordé una de las razones por la que iba a suicidarme. Casi terminado mi horario, tomé la determinación de matarme. Ahora sí. Regresaría a mi cuarto y dejaría todo en orden, de nuevo, e iría al puente. Me pregunte mil veces para que había salvado a la chica, o si ella me había salvado a mí.

Llegué a la una de la madrugada y desde la esquina de mi casa miré en las escaleras del vecino una silueta que se me hizo familiar. Era la chica, “¿qué haces?” le pregunté. Encogió los hombros y me miró como pidiéndome unas palabras. “menos mal que llegaste.”, me dijo. Tenía la voz, como explicarlo, era suave, pero tenía ago así como saltos, como si las palabras chocaran con algo en su garganta. Le dije que subiera conmigo. Ni un sí ni un no, solo fue tras mío. Intenté conversar algo con ella pero parecía molestarse cuando le preguntaba algo. Me quede callado. Ella se echo en mi cama. Y me llamó. “¿vas a dormir en el suelo otra vez?”, preguntó mirándome algo irritada.

“Te molesta?”

“No, asi tendre la cama para mi sola, pero no me gustaría aprovecharme de ti.”

“¿Aprovecharte?”, pensé un momento que quería acostarse conmigo por agradecimiento y reconsideré la idea de tirarme por el puente.

“Solo ven”, dijo moviendo una mano.

Me senté a su lado en la cama, ella me miraba fijamente. Pensé que si quería tener sexo, era su problema. En ese momento no tenía ganas de nada.

“No puedo encontrar trabajo. Y además, mis padres se acaban de divorciar.”

Talvez estaba presentándome sus motivos para intentar el suicidio. La mire por vez primera como mira un hombre a una chica que pasa por la calle. No era fea. Era simpática, hasta bonita, diría yo. Vestía una falda hasta las rodillas, pero de la manera como estaba echada en mi cama, dejaba ver unos bonitos muslos, y además su escote era muy generoso. Tal vez si tendría ganas de tener sexo con ella, claro, si ella seguía con esa intención.

“Que raro, yo odio mi trabajo, y quisiera saber que diablos hacen mis padres estos días, no los veo hace mucho”

“Estaba esperando que te tiraras…”

Me reí, era increíble, me contó como había llegado con la determinación de lanzarse pero cuando me vio al borde del puente, esperaba que me tirara para ver como quedaba al fondo, en el río. Tal vez luego ella lo haría.

“¿Qué diría tu novio si supiera que estas en la habitación de un extraño, y además en su cama?”

Su carcajada me dejó helado, era tan fría, tan cortante.

“El idiota se tira a mi prima, así que no le importará mucho. Además no eres un extraño. ¿Y tu novia?”

“No tengo. La última que tuve me dejó porque no tengo un buen trabajo, no gano mucho.”

“Que pena, lastima que haya mujeres así….Oye, me voy…”, dijo parándose repentinamente.

“Pensé que te ibas a quedar hoy.”

“Si, pero, mejor me voy a mi cuarto, mi mamá me va a llamar y no quiero que ella me mate antes de suicidarme.”

“Es muy tarde, mejor te vas en la mañana.”

Tomé su mano. Ella se echó inmediatamente, y me dio la espalda. Antes de dormirse me pidió que la despertara al amanecer, yo la escuche entre sueños.

En internet, con una falsa Susana

Cerró la boca. Y casi se traga, junto con su orgullo, a toda ella. Lucho habia ido a una cabina publica de internet y cuando estaba navegando una chica que de pronto apareció le pregunto que como se entraba a internet. Justo estaba que bostezaba y por el roche tuvo que cerrar la boca como pudo. Y como pudo recuperó la voz, ayudándola. Era simpatica, algo alocada constataría despues. “Ay, es que recién empiezo”, decía; “Si, claro y a mi me interesa un montón.”, pensaba Lucho.

Seguía navegando, encontró una pagina interesante, era una que trataba sobre hacking, seguridad informatica y esas cosas que le interesaban, y cuando iba a empezar a leer, la vocecita de la chica de al lado lo sobresalto tanto que cerró la ventana. “Maldita sea, la conch…”, dijo entre dientes. La chica desentendida le preguntó si podía ayudarle a grabar un documento que tenía en su monitor. Una sonrisa coqueta (“propia de Susanita”, pensó) lo convenció de que no había porque molestarse.

Ayudó a la falsa Susana, y siguió leyendo su página.

Lucho en la casa de Susana

Lucho iba a la casa de Susana Chávez a estudiar siempre que podía, "Susanita la bonita", le habría corregido la coqueta de su amiga. Y es que Susanita, era la chica más coqueta con la que uno podría encontrarse en este mundo.

Era tan cariñosa, tan amiguera, como había dicho Edson Farro - el único hombre cuya estado natural era estar enfermo - "Susana tiene una vida social increíble", y era tan calentona que por mas que uno no tuviera malos pensamientos ella los provocaba. Y tenia tan buen cuerpo…ya el chino Ríos - no el tenista chileno, sino uno de los compañeros de la universidad de Lucho - tenia su frase para ella: "ese culo me enferma". Y no había el que no decia que era una "calientahuevos".

Y a Lucho también le enfermaba, ese trasero, esa parte de atrás. Y allí estaba, media hora después de que Susana con voz melosa y coquetísima ella, le pedía, "Ya pues Luchito, ¿estudiamos juntos?, tienes que venir porque tienes que enseñarme, por favor no seas malo". Y Lucho haciéndose el cansado, el interesante, Lucho el malvado, para después de unos instantes decirle que si que ya iba. "Ya Luchito, entonces nos vemos.", y él "ya Susi, nos vemos.", maldiciéndose por no poder negarse, y a la vez pensando, "cuanto tiempo me duraras ahora, Susi". Y es que Susanita se quedaba dormida a las dos horas de empezar a estudiar. Para ella no era el estudio. "Ay, es que yo no sé que me pasa, Luchito. Por mas que quiero no puedo quedarme despierta.", y Luchito palteado por que el se quedaba con todos los libros y Susanita durmiendo bien tranquila frente a él, y ahora empezaba a distraerse con la enfermedad del chino Ríos, por que Susana se había enrollado como un ovillo en el mueble para dormir mas cómoda y cómo se su deliciosa parte de atrás.

Y Lucho entre los libros y la parte de atrás de Susanita, y unos pensamientos que se le prendían de la cabeza y los libros y mañana el examen, y Susanita que se quedo dormida, y su parte de atrás que se nota un montón. "Y que buena que estas Susanita", pensaba Lucho, "y al diablo con el examen, yo también voy a dormir antes que te viole."

Y en ese momento la criminal de Susanita que se levantaba y le decía "Luchito!", por que ella siempre le decía Luchito, solo le decía Lucho o Luis cuando el se pasaba de listo o se molestaba. Y a todos sus amigos les decía su nombrecito, les ponía su "ito", toda coqueta, simpaticona, la Chávez, porque ella era así, y nadie la iba a cambiar. Y eso decía Lucho, y pedía que nunca cambie. Aunque ahora la maldecía porque ya se dormía y la Chávez que se despertaba y le decía todo seria, pero en broma, "no te duermas Luchito, tienes que estudiar", y Lucho de la cólera y del sueño no le decía nada.