Personas normales (2)

Solo necesitaba un poco de dinero, lo de ayer de acabó, y ahora, estaba jodido, sin nada, por eso quería la cartera. No tenía que ponerse a gritar como una condenada, ahora ese policia estaba persiguiendolo.

Detente-le gritaba

Si era un estupido o un tonto se detenia, Pero el no era ninguno de esos dos. Seguiria corriendo, aunque ya empezaban a fallarle las piernas, lo bueno es que el policia tambien debe estar igual, penso.

Ahi entre calles solitarias, dando la vuelta, por esta esquina, y entre las sombras de la fabrica me desaparezco, y este policia nunca me alcanzara, es mas gordo, y pesado. Un disparo lo sacó de sus pensamientos. Me dispara, pensó. el muy maldito me dispara.

Alto-gritó el policia y le disparo, esta vez a la pierna. No lo sabía, pero la chica a la que habia robado su cartera era novia del policia. Y el policia no iba a dejar que un chibolo ladron le robara a su novia. La bala le rozó la pierna, pero fue suficiente para que el cayera.

En el suelo se buscó su navaja, ya me he tirado a dos, otro mas no importa. En las peleas de su pandilla, ya habia matado a dos rivales. Cuerpo a cuerpo. No le importaba, ahora si el policia estaba jodiendo, iba a buscar la forma de hacer lo que sea para escapar.

Lo que sea.

Diablos, ¿estas bien?-grito el policia asustado por haberlo herido. Sol o queria recuperar la cartera de la novia.

Le enseñó la navaja. El policia le grito que la soltara, el tenia un arma.

Te disparare otra vez maldito fumon-

Se paró. No dolia tanto. Parece que no apuntas bien poli, dijo, Acercate y te mato, lo retó.

Suelta esa cosa, o te disparo, y esta vez, lo hare a la cabeza-

Necesito el dinero, penso. Deseo que el policia no tuviera el arma. La mano que no sostenia la navaja la sentia quemandole, se habia golpeado al caer seguramente.

No dispares-y extendio la mano hacia el policia-solo quiero dinero

Y yo quiero dispararte si tomas algo de esa cartera-

Fue algo extraño, de pronto sintió el arma del policia. Como si estuviera conectada a su brazo. De alguna manera. Fue una sensacion tan nueva, que le pareció horrible. Agitó la mano hacia un lado, seguramente era el golpe, pensó. Lo raro fue que el arma pareció seguir conectada a su mano, a su brazo, y salio disparada de las manos del policia.

No lo pensó. Acuchillo al policia, dos veces. El sujeto cayo, con los ojos muy abiertos. Ya eran tres. Pero no importaba. Ya tenia dinero. Y luego tenia que buscar mas.

Parecia que habia una forma de robar mas sencillo.

Personas normales (1)

Siempre he sido un maldito distraído se decía si mismo. Siempre. y nunca cambiaré. Se olvidó por distraído, ahora el profesor le colocó una nota reprobatoria, por distraído, por estar mirando por la ventana, claro, aparte de haberse olvidado llevar el trabajo que tenía que presentar.

Ahora, ya había terminado la clase y se iba a su casa. La universidad lo iba a matar, pensaba. ¿Y era tan dificil? El trabajo lo había hecho en media hora, y se había demorado quince minutos en arreglar la presentación. Por nada.

Hey! Apartate imbecil!-le gritaron. Y el volteó. Era un maldito distraído, ahora estaba en medio de la pista, con un auto corriendo a mucha velocidad, y según parecía, en dirección a él.

No pensó. Estiro la mano derecha, como queriendo bloquear el auto que venia a toda velocidad, deseandolo con todas sus fuerzas, claro que no iba a suceder. Pero, extrañamente sucedió.

Pero no como se ve en las películas, sintió una especie de colchón de aire o lo que sea que estaba entre él y el auto, que se iba volviendose cada vez más fuerte, mas sólido, a pesar que no veía nada, y sintió que el auto reducía su velocidad.

Estoy deteniendo el auto, pensó. Y eso le distrajo. El auto lo golpeó directamente y lo arrojó unos quince metros, cayendo pesadamente en una jardinera, debajo de un árbol. Antes de desmayarse, porque aun no perdia la conciencia, sonrió pensando que era un maldito distraído.

Se depertó en el hospital. Sus padres estaban ahí preocupados. Felizmente el golpe del auto no fue tan malo había dicho el doctor, se había quebrado una pierna, pero el resto de golpes no eran graves, excepto por dos costillas rotas, pero nada que temer respecto a consecuencias.

Hijo, tienes una suerte-le dijo su papá.
No es nada normal que alguien sobreviva a un accidente como el tuyo, así que agradecele a Dios que estes bien-le aconsejó su madre.

Y é l pensaba. Parece que a Dios, tengo que agradecerle que me haya dado una cosa más.

Los planes (1)

Seguramente llegaría tarde, muy tarde, y era el primer día, le tocaba el aula 330, y ahí estaba cerrada, la profesora había cerrado la puerta, y solo quedaria tocar y pedir permiso. Y eso le daba roche. La primera impresión que le iba a dar a la profesora de Historia era su tardanza, y rogaba a los mil cielos que hubiera otro tardón igual que él.

Pero llego sólo a la puerta del aula y venciendo el temor tocó. El silencio dentro del aula hizo que el sonido se escuchara como una bomba. La profesora lo miró a traves de la pequeña ventana de la puerta y le indicó con señas que pasara.

Abrió la puerta y sintió varios ojos fijandose en él, la impresión la había causado en todos los que iban a ser sus compañeros de clases, por años, ya ue era su primer día en la universidad.

¿Su nombre?-
Martínez-
¿Su nombre completo?-
Cesar Martinez-
Pase Sr. Martínez y la próxima vez recuerde que la clase comienza a las 8 en punto-

Cesar sonrió levemente pidiendo disculpas y se encaminó hacia los asientos de atrás, mientras pasaba se fijó en una chica de pelo negro y un polito de tiritas, muy exhuberante ella. Ya llegaba a un asiento libre cuando la profesora lo llamó.

Martínez adonde va?-
A sentarme-se escucharon pequeñas risas que se desaparecieron cuando la profesora miró a todos de mala manera.
Venga acá, adelante-

Cesar de mala gana regresó de su camino, lo único agradable fue volver a ver de cerca a la chica exhuberante. Cuando se sentó, se dió cuenta que la profesora seguía mirandolo.

Martínez, ¿usted no trae cuadernos? Ve a sus compañeros. Todos traen cuadernos para apuntes. ¿Acaso no piensa tomar apuntes?-

Cesar se maldijo por confiarse en que no iba a haber clases. Le comentó nervioso a la profesora que no había traído cuadernos por que pensaba que no iba a haber clases.

Pues mal pensado Martínez-dijo la profesora

Y continuó la clase. Cesar prestó lo que pudo la atención a la clase, realmente no era aburrida, pero prácticamente era un resumen de lo que ya sabía, por suerte era un fanático de la historia. El curso realmente iba a ser sencillo. Al menos eso creía antes de conocer a la profesora, así como iba el primer día, parecía ser una especie de Hitler academico. Y Cesar era un judío.

¿Martínez?-la profesora se quedo mirandolo. Tanto pensar en comparar el aula con un campo de concentración que no escucho a la profesora hasta que la tuvo al frente.

Digame-
Martínez, vamos a formar grupos de 2 para realizar el trabajo semanal.-Cesar le puso un traje de la SS a la profesora. Si, le quedaba exacto. Primer día de clases y ya trabajos semanales. -Digame una letra, cualquiera.
B?-
A ver-la profesora recorrió con su dedo el listado de los alumnos-y pronunció el primer apellido con B.-Becerra?
Yo!-y Cesar se volteó, Becerra era la chica, la exhuberante-
Estaba mas exhuberante alzando la mano, parecía saludar a todos.
Usted, Srta. Becerra hará pareja con Martínez, elijan un tema de la pizarra.-
Primera Guerra Mundial-eligió la chica exhuberante
Muy bien, ahora, usted-dijo señalando al tipo al costado de Cesar, y asi siguió hasta que armo 15 grupos.

Ahora, ya elegidos los temas y los grupos, presentaran dentro de 4 días un informe, minimo de 40 páginas y expondrán lo investigado.-anunció la profesora-Programense y coordinen con su compañero de grupo para realizar bien su trabajo.

Cesar estaba entre contento y nervioso. La compañera de grupo no podía ser mejor, ahora solo faltaba que no sea calabaza y le dejara hacer todo a él. No le importaba hacerlo solo, pero no queria cargar con la chica, sea lo buena que esté.