En busca de Susana

No era fácil perderla de vista, Susanita era demasiada "carne" para pasar desapercibida, sin embargo, no la encontraba.

Ya etaban tres horas ahí metidos en esa capacitación en marketing, a la que había ido obligado por las súplicas y abrazos de Susana, que le había prodigado tantas veces, hasta que él dijo que si.

- Un dia vas a sacar mi lado malo y no voy a responder.
- Ay tonto

Pero ahora no había por ningún lado. Se desapareció y no estaba. Se había parado de pronto diciendole que iba al baño. Y nada. Pasaron treinta minutos y salieron al break, y él estaba comiendose el quinto mini-sandwich.

- Hola

Una chica se le había acercado, era preciosa, ojos grandes y redondos, rubia, pintada o no eso no importaba, y con un vestido negro de tiras. Se tragó rápidamente el pedazo de mini-sandwich para responderle de igual manera.

- ¿Qué te parece la capacitación?

Intentó explicarle lo poco que había escuchado realmente de la conferencia, evitando mirar el escote de su vestido, ella sonreía, y asentía lo que él decía.

- ¿Has venido solo? Yo sí...

¡Vaya! Prácticamente está sugiriendo algo. ¿Pero qué? A ver, pues, Lucho, ahora es la hora. La rubia está sola, y preguntando si tu también lo estás.

- Si, me interesa mucho esto del marketing.
- A mi también, me llamo Marcia, pero más que todo he querido evitar estar sin hacer nada.

Lucho sonrio, imaginando algo más que podían hacer. Su lado malo estaba apareciendo. La rubia le comentó que ya faltaba solo una hora, para que terminara lo del marketing. Lucho agradeció que faltara tan poco, las charlas estaban aburridisimas.

- ¿Y que harás después?

La pregunta fue algo casual. Intencionadamente casual. Lucho se había aventado con todo.

- Nada. ¿Que sugieres?- preguntó la ruia sonriendole hasta el alma. ¡Oh por Dios! era lindisima.

- ¿Una película?- un segundo después de hablar se sintió estúpido. Era viernes, imbécil, ¿porque una película? ¿porque no un bailecito?

- Ya pues, te veo entonces - dijo la rubia dejandolo asombrado con su propio éxito, - ya está empezando la última charla.

Mientras la veía entrar a la sala del evento, contentísimo, cuando alguien se le prendió fuertemente del brazo.

- Luchito, donde estabas..

Era Susana. Conchuda, ella desaparecia y todavia preguntando. Se había encontrado con su amiga de colegio, que trabajaba en ese hotel, habían loreado, "no te imaginas Luchito", y ya pues ya estaba ahí.

Entraron a la charla, ya no importaba que hubiera desaparecido Susana, Lucho ubicó a la rubia adelante, casi en la primera fila. Si, era preciosa. Después pensó que tenía que deshacerse de Susana, antes de terminar la charla. Mejor le contaba lo que había pasado, Susana entendería, desaparecería, y él disfrutaría de la compañía de Marcia, la rubia del vestido, y tal vez ella sea algo más interesante que solo una cita. Tal vez el amor. Estaba todo claro. Le codeo a Susana, para llamar su atención.

- ¿Si Luchito?
- Sabes que Susana, mientras estaba en el break...-un chirrido imposible llenó la sala, al parecer se había acoplado el micro del expositor.

Susana dejó de escuchar a Lucho y miró hacia el estrado.

- Te das cuenta, nunca se sabe que va a pasar, pobrecito. Esto me hace recordar una película. Luchito, llevame al cine despues, yo no sé, me dio ganas de ver una película y tu me vas a llevar.
- ¿Qué?
Susana se abrazó de su brazo, y lo besó en la mejilla, haciendo pucheros. Lucho maldijo su suerte. La rubia...no le fallaría.

- Susana no puedo.
-¿Que no puedes?
- Ir al cine.

Al menos no con ella. Le contó, mientras ella desapareció, la aparición de la rubia, y pues la cita que tenía. Pero lo que dijo Susana lo desconcertó.

- ¿Y vas a dejarme por una chica que acabas de conocer, una mandada? No lo puedo creer - dijo casi rechinando los dientes.

Lucho casi enloqueció. En la universidad lo molestaban porque paraba de arriba para abajo con Susana, pero que no pasaba nada entre ellos. Y a pesar que él, dos veces intentó sugerirle una intención romántica entre ellos, ella destruyó ambas empezandole a contar de cualquier otra cosa. Y ahora resultaba en un reclamo de Susana.