Personas normales (2)

Solo necesitaba un poco de dinero, lo de ayer de acabó, y ahora, estaba jodido, sin nada, por eso quería la cartera. No tenía que ponerse a gritar como una condenada, ahora ese policia estaba persiguiendolo.

Detente-le gritaba

Si era un estupido o un tonto se detenia, Pero el no era ninguno de esos dos. Seguiria corriendo, aunque ya empezaban a fallarle las piernas, lo bueno es que el policia tambien debe estar igual, penso.

Ahi entre calles solitarias, dando la vuelta, por esta esquina, y entre las sombras de la fabrica me desaparezco, y este policia nunca me alcanzara, es mas gordo, y pesado. Un disparo lo sacó de sus pensamientos. Me dispara, pensó. el muy maldito me dispara.

Alto-gritó el policia y le disparo, esta vez a la pierna. No lo sabía, pero la chica a la que habia robado su cartera era novia del policia. Y el policia no iba a dejar que un chibolo ladron le robara a su novia. La bala le rozó la pierna, pero fue suficiente para que el cayera.

En el suelo se buscó su navaja, ya me he tirado a dos, otro mas no importa. En las peleas de su pandilla, ya habia matado a dos rivales. Cuerpo a cuerpo. No le importaba, ahora si el policia estaba jodiendo, iba a buscar la forma de hacer lo que sea para escapar.

Lo que sea.

Diablos, ¿estas bien?-grito el policia asustado por haberlo herido. Sol o queria recuperar la cartera de la novia.

Le enseñó la navaja. El policia le grito que la soltara, el tenia un arma.

Te disparare otra vez maldito fumon-

Se paró. No dolia tanto. Parece que no apuntas bien poli, dijo, Acercate y te mato, lo retó.

Suelta esa cosa, o te disparo, y esta vez, lo hare a la cabeza-

Necesito el dinero, penso. Deseo que el policia no tuviera el arma. La mano que no sostenia la navaja la sentia quemandole, se habia golpeado al caer seguramente.

No dispares-y extendio la mano hacia el policia-solo quiero dinero

Y yo quiero dispararte si tomas algo de esa cartera-

Fue algo extraño, de pronto sintió el arma del policia. Como si estuviera conectada a su brazo. De alguna manera. Fue una sensacion tan nueva, que le pareció horrible. Agitó la mano hacia un lado, seguramente era el golpe, pensó. Lo raro fue que el arma pareció seguir conectada a su mano, a su brazo, y salio disparada de las manos del policia.

No lo pensó. Acuchillo al policia, dos veces. El sujeto cayo, con los ojos muy abiertos. Ya eran tres. Pero no importaba. Ya tenia dinero. Y luego tenia que buscar mas.

Parecia que habia una forma de robar mas sencillo.

Personas normales (1)

Siempre he sido un maldito distraído se decía si mismo. Siempre. y nunca cambiaré. Se olvidó por distraído, ahora el profesor le colocó una nota reprobatoria, por distraído, por estar mirando por la ventana, claro, aparte de haberse olvidado llevar el trabajo que tenía que presentar.

Ahora, ya había terminado la clase y se iba a su casa. La universidad lo iba a matar, pensaba. ¿Y era tan dificil? El trabajo lo había hecho en media hora, y se había demorado quince minutos en arreglar la presentación. Por nada.

Hey! Apartate imbecil!-le gritaron. Y el volteó. Era un maldito distraído, ahora estaba en medio de la pista, con un auto corriendo a mucha velocidad, y según parecía, en dirección a él.

No pensó. Estiro la mano derecha, como queriendo bloquear el auto que venia a toda velocidad, deseandolo con todas sus fuerzas, claro que no iba a suceder. Pero, extrañamente sucedió.

Pero no como se ve en las películas, sintió una especie de colchón de aire o lo que sea que estaba entre él y el auto, que se iba volviendose cada vez más fuerte, mas sólido, a pesar que no veía nada, y sintió que el auto reducía su velocidad.

Estoy deteniendo el auto, pensó. Y eso le distrajo. El auto lo golpeó directamente y lo arrojó unos quince metros, cayendo pesadamente en una jardinera, debajo de un árbol. Antes de desmayarse, porque aun no perdia la conciencia, sonrió pensando que era un maldito distraído.

Se depertó en el hospital. Sus padres estaban ahí preocupados. Felizmente el golpe del auto no fue tan malo había dicho el doctor, se había quebrado una pierna, pero el resto de golpes no eran graves, excepto por dos costillas rotas, pero nada que temer respecto a consecuencias.

Hijo, tienes una suerte-le dijo su papá.
No es nada normal que alguien sobreviva a un accidente como el tuyo, así que agradecele a Dios que estes bien-le aconsejó su madre.

Y é l pensaba. Parece que a Dios, tengo que agradecerle que me haya dado una cosa más.

Los planes (1)

Seguramente llegaría tarde, muy tarde, y era el primer día, le tocaba el aula 330, y ahí estaba cerrada, la profesora había cerrado la puerta, y solo quedaria tocar y pedir permiso. Y eso le daba roche. La primera impresión que le iba a dar a la profesora de Historia era su tardanza, y rogaba a los mil cielos que hubiera otro tardón igual que él.

Pero llego sólo a la puerta del aula y venciendo el temor tocó. El silencio dentro del aula hizo que el sonido se escuchara como una bomba. La profesora lo miró a traves de la pequeña ventana de la puerta y le indicó con señas que pasara.

Abrió la puerta y sintió varios ojos fijandose en él, la impresión la había causado en todos los que iban a ser sus compañeros de clases, por años, ya ue era su primer día en la universidad.

¿Su nombre?-
Martínez-
¿Su nombre completo?-
Cesar Martinez-
Pase Sr. Martínez y la próxima vez recuerde que la clase comienza a las 8 en punto-

Cesar sonrió levemente pidiendo disculpas y se encaminó hacia los asientos de atrás, mientras pasaba se fijó en una chica de pelo negro y un polito de tiritas, muy exhuberante ella. Ya llegaba a un asiento libre cuando la profesora lo llamó.

Martínez adonde va?-
A sentarme-se escucharon pequeñas risas que se desaparecieron cuando la profesora miró a todos de mala manera.
Venga acá, adelante-

Cesar de mala gana regresó de su camino, lo único agradable fue volver a ver de cerca a la chica exhuberante. Cuando se sentó, se dió cuenta que la profesora seguía mirandolo.

Martínez, ¿usted no trae cuadernos? Ve a sus compañeros. Todos traen cuadernos para apuntes. ¿Acaso no piensa tomar apuntes?-

Cesar se maldijo por confiarse en que no iba a haber clases. Le comentó nervioso a la profesora que no había traído cuadernos por que pensaba que no iba a haber clases.

Pues mal pensado Martínez-dijo la profesora

Y continuó la clase. Cesar prestó lo que pudo la atención a la clase, realmente no era aburrida, pero prácticamente era un resumen de lo que ya sabía, por suerte era un fanático de la historia. El curso realmente iba a ser sencillo. Al menos eso creía antes de conocer a la profesora, así como iba el primer día, parecía ser una especie de Hitler academico. Y Cesar era un judío.

¿Martínez?-la profesora se quedo mirandolo. Tanto pensar en comparar el aula con un campo de concentración que no escucho a la profesora hasta que la tuvo al frente.

Digame-
Martínez, vamos a formar grupos de 2 para realizar el trabajo semanal.-Cesar le puso un traje de la SS a la profesora. Si, le quedaba exacto. Primer día de clases y ya trabajos semanales. -Digame una letra, cualquiera.
B?-
A ver-la profesora recorrió con su dedo el listado de los alumnos-y pronunció el primer apellido con B.-Becerra?
Yo!-y Cesar se volteó, Becerra era la chica, la exhuberante-
Estaba mas exhuberante alzando la mano, parecía saludar a todos.
Usted, Srta. Becerra hará pareja con Martínez, elijan un tema de la pizarra.-
Primera Guerra Mundial-eligió la chica exhuberante
Muy bien, ahora, usted-dijo señalando al tipo al costado de Cesar, y asi siguió hasta que armo 15 grupos.

Ahora, ya elegidos los temas y los grupos, presentaran dentro de 4 días un informe, minimo de 40 páginas y expondrán lo investigado.-anunció la profesora-Programense y coordinen con su compañero de grupo para realizar bien su trabajo.

Cesar estaba entre contento y nervioso. La compañera de grupo no podía ser mejor, ahora solo faltaba que no sea calabaza y le dejara hacer todo a él. No le importaba hacerlo solo, pero no queria cargar con la chica, sea lo buena que esté.

Rumbo a donde sea

Las cosas son simples. Se es o no se es. Pero Pablo no sabe aun lo que es. Esta en el colectivo. Jodido estoy, piensa. Pablo está jodio hace veinte mil año. Desde que tiene conciencia siempre ha estado jodido. Por su viejo, por los amigos, por las flacas.

Pero todo es mi idea, piensa. Si, es probable. Le ha ido bien. No le falta nada. Oye huevón, tienes donde dormir, para comer y para cagar, se dice a si mismo.

Igual le da. Pablo siempre piensa que está jodido. Esa flaca está rica piensa, mirando a una chica con pantalón jean y blusa celeste. Se asusta al darse cuenta que es su amiga. La vendedora.

Le saluda, y conversa con ella, pero no puede evitar mirarle el trasero al despedirse. Que chucha, la estoy cuidando se dice. Y se rie.

En realidad, ha salido de su casa, tomó un colectivo y dejó que lo llevará. Y se bajó en la primera esquina que le pareció adecuada. Asi es Pablo. No sabe lo que quiere.

Y ahora está regresando, y se vuelve a encontrar con su amiga. La abraza como si no la hubiera visto hace años. Ella se incomoda, pero Pablo sabe. Sabe que ella se siente atraída por él. La razón, cual será. Si yo fuera mujer, ni me miro, piensa.

Pero ahí está. Conversando de cualquier cosa. Le toma la mano. Sin pensarlo. Siguen conversando. Nota que su amiga se siente nerviosa, pero ahora es ella quien le sujeta la mano.

Pablo solo salió de su casa, sin un objetivo en mente. Quería salir de casa. Ahora lleva a su amiga en un taxi hacia su casa. Algo de tomar en mi casa, recuerda que le dijo y ella aceptó.

Mientras van en el taxi, la amiga apoya su cabeza en el hombro de Pablo. Pablo la besa sin querer. Las cosas están más jodidas ahora, pensó Pablo.

Carta a mi hija

Hola hija ¿como estás? Yo aquí, ya sabes. Sentado en la puerta de la vieja casa, desde donde corrías de niña a jugar con nuestro perro, Kujo. ¡Como corrías! En ese tiempo a veces te seguía, me animaba mucho y te seguía. Tu alegría, tu sonrisa eran enormes, hasta Kujo parecía estar feliz. Pero a veces no. A veces solo te miraba. Inquieto, vayas a caerte y golpearte.

¿Estamos lejos verdad? El trabajo es así hija, no te sientas mal. Los viejos ya no servimos de mucho, más que para hacer recordar el pasado. Sé que lo más probable es que pienses más en el futuro, que en el pasado. Eres joven, y tienes muchos años por delante. Y el futuro que tienes es inmenso. En estos momentos vas rumbo a la Luna, llevando a gente que va a vivir allí, manejando una nave espacial. Una astronauta, mi hija. Decías que ibas a ser doctora, profesora, y muchas cosas más, y al final de la menos probable de las carreras, es la que estás viviendo. Estás lejos no sólo de mí, sino del planeta. Ya sé que me quieres llevar, y no me voy a ir.

Nunca me ha gustado viajar, y mucho menos viajar fuera de la Tierra. Siempre te burlas y me dices que me gustaba la ciencia ficción hasta que se hizo realidad. Si pues. Ya no me gusta leer. Además, mi vista no me ayuda. Hay pocos libros hoy en día, todo se ve a través de la red. ¿Te acuerdas? Te enseñé a utilizar las antiguas computadoras. Ahora, yo que me preciaba de aprender a manejar equipos tecnologicos rapidamente, hoy día me enriedo con un simple diario digital.

Las cosas son simples. No quiero viajar. Todos los que quise (excepto tú) están enterrados aquí. Mis abuelos, mis padres, tu madre. Ellos ya forman parte de este planeta que muchos están abandonando. Se han convertido en la Tierra hija. Y yo quiero morir aquí. Dicen que la Tierra está muriendo. Nunca va a morir mientras haya un humano que la recuerde.

¿Te acuerdas del señor Perél? Ayer falleció. Muerte natural. Pobre. Sabes que nunca he sido una persona de caracter. Pero, he pensado que pronto me uniré a mi familia. Me hubiera gustado verte casada y con hijos, pero nada pues, tu no eres para eso. Una piloto de naves espaciales, es una labor arriesgada pienso.

Cosas de viejo, no te preocupes. Sé que te molesta recibir mensajes por e-mail, habiendo el videofono. Pero, la última vez te ví que estabas camino, lloré mucho, y me sentí mal. Me sentí mal porque te ví sola, me di cuenta cuando te afectó verme, y me dijiste que me extrañabas. Eres una tonta al dedicarte a cuidar a un viejo tonto.

Coas de viejo, no te preocupes. Cuidate. En la casa vecina, están tocando esa nueva musica estridente y sin sentido que odio. Voy a cerrar las ventanas. Respondeme este correo, ya sabes utiliza tus manos, aunque sea para escribir.

Hasta luego,

Tu papá

PD: Recuerda no postularte a ninguna misión más allá de la Luna.

En busca de Susana

No era fácil perderla de vista, Susanita era demasiada "carne" para pasar desapercibida, sin embargo, no la encontraba.

Ya etaban tres horas ahí metidos en esa capacitación en marketing, a la que había ido obligado por las súplicas y abrazos de Susana, que le había prodigado tantas veces, hasta que él dijo que si.

- Un dia vas a sacar mi lado malo y no voy a responder.
- Ay tonto

Pero ahora no había por ningún lado. Se desapareció y no estaba. Se había parado de pronto diciendole que iba al baño. Y nada. Pasaron treinta minutos y salieron al break, y él estaba comiendose el quinto mini-sandwich.

- Hola

Una chica se le había acercado, era preciosa, ojos grandes y redondos, rubia, pintada o no eso no importaba, y con un vestido negro de tiras. Se tragó rápidamente el pedazo de mini-sandwich para responderle de igual manera.

- ¿Qué te parece la capacitación?

Intentó explicarle lo poco que había escuchado realmente de la conferencia, evitando mirar el escote de su vestido, ella sonreía, y asentía lo que él decía.

- ¿Has venido solo? Yo sí...

¡Vaya! Prácticamente está sugiriendo algo. ¿Pero qué? A ver, pues, Lucho, ahora es la hora. La rubia está sola, y preguntando si tu también lo estás.

- Si, me interesa mucho esto del marketing.
- A mi también, me llamo Marcia, pero más que todo he querido evitar estar sin hacer nada.

Lucho sonrio, imaginando algo más que podían hacer. Su lado malo estaba apareciendo. La rubia le comentó que ya faltaba solo una hora, para que terminara lo del marketing. Lucho agradeció que faltara tan poco, las charlas estaban aburridisimas.

- ¿Y que harás después?

La pregunta fue algo casual. Intencionadamente casual. Lucho se había aventado con todo.

- Nada. ¿Que sugieres?- preguntó la ruia sonriendole hasta el alma. ¡Oh por Dios! era lindisima.

- ¿Una película?- un segundo después de hablar se sintió estúpido. Era viernes, imbécil, ¿porque una película? ¿porque no un bailecito?

- Ya pues, te veo entonces - dijo la rubia dejandolo asombrado con su propio éxito, - ya está empezando la última charla.

Mientras la veía entrar a la sala del evento, contentísimo, cuando alguien se le prendió fuertemente del brazo.

- Luchito, donde estabas..

Era Susana. Conchuda, ella desaparecia y todavia preguntando. Se había encontrado con su amiga de colegio, que trabajaba en ese hotel, habían loreado, "no te imaginas Luchito", y ya pues ya estaba ahí.

Entraron a la charla, ya no importaba que hubiera desaparecido Susana, Lucho ubicó a la rubia adelante, casi en la primera fila. Si, era preciosa. Después pensó que tenía que deshacerse de Susana, antes de terminar la charla. Mejor le contaba lo que había pasado, Susana entendería, desaparecería, y él disfrutaría de la compañía de Marcia, la rubia del vestido, y tal vez ella sea algo más interesante que solo una cita. Tal vez el amor. Estaba todo claro. Le codeo a Susana, para llamar su atención.

- ¿Si Luchito?
- Sabes que Susana, mientras estaba en el break...-un chirrido imposible llenó la sala, al parecer se había acoplado el micro del expositor.

Susana dejó de escuchar a Lucho y miró hacia el estrado.

- Te das cuenta, nunca se sabe que va a pasar, pobrecito. Esto me hace recordar una película. Luchito, llevame al cine despues, yo no sé, me dio ganas de ver una película y tu me vas a llevar.
- ¿Qué?
Susana se abrazó de su brazo, y lo besó en la mejilla, haciendo pucheros. Lucho maldijo su suerte. La rubia...no le fallaría.

- Susana no puedo.
-¿Que no puedes?
- Ir al cine.

Al menos no con ella. Le contó, mientras ella desapareció, la aparición de la rubia, y pues la cita que tenía. Pero lo que dijo Susana lo desconcertó.

- ¿Y vas a dejarme por una chica que acabas de conocer, una mandada? No lo puedo creer - dijo casi rechinando los dientes.

Lucho casi enloqueció. En la universidad lo molestaban porque paraba de arriba para abajo con Susana, pero que no pasaba nada entre ellos. Y a pesar que él, dos veces intentó sugerirle una intención romántica entre ellos, ella destruyó ambas empezandole a contar de cualquier otra cosa. Y ahora resultaba en un reclamo de Susana.

Poema 164546

Soy tan disperso y tu tan compacta
Soy el viento que anda por todos lados sin hacer nada
Y tu eres la montaña que quiero mover
Estoy por todos los lados, te crees dios, me dijiste un día
Por ti hasta el diablo seria, te respondí.
Estoy tan lejos de mí mismo, que a veces te encuentro, sin quererlo
Y otras veces te pierdo a propósito
Tengo un alma de mil colores, desde el blanco puro hasta el negro diabólico
Y tu solo eres celeste, tan celeste
Y tus ojos amenazan pintarme de gris al no mirarme
¡Ay!, ya hable tanto de ti, tanto de mi
Ahora ven conmigo y hablemos de nosotros...

Solrak

EL INICIO

10 de septiembre de 1998, 18 horas. En una pequeña ciudad de Sudamérica ocurrió una desaparición misteriosa. Un muchacho de 17 años desapareció de su hogar sin rastros. No hay pistas ni sospechosos. Los padres solo declararon a la policía que el chico desapareció en el aire.

Otro caso parecido ocurrió en un país vecino, donde una chica de 18 años se esfumó en el aire en presencia de sus amigos.

El caso ha sorprendido al mundo en general. Otras cincuenta personas han desaparecido de la misma manera. Hasta algunos casos han sido grabados. Lo más sorprendente es que fueron chicos de 16 a 20 años, a la misma hora, con una precisión exacta. Se presume que pueden aumentar el número de desaparecidos.

La policía de todos los países investiga el caso minuciosamente, sin embargo nadie encuentra alguna pista. Pasados tres años del incidente, cuando ya pocos recordaban el episodio empieza a aclararse el misterio. Así como desaparecieron, los chicos desaparecidos vuelven a sus casas. Las familias afectadas no daban crédito a lo que veían. Y la policía simplemente se limitaba a registrar los casos como simples fugas de hogares, sin mencionar en los expedientes las anormales circunstancias de las desapariciones.

*****************************************************


La familia Ramírez ha sufrido mucho con la desaparición de Juan- comentaba el tío de Juan a la prensa. - Ahora que está de vuelta, deseamos estar junto a él y saber como se siente. Es lo único que diré. Muchas gracias por venir.

El tío de Juan, Ernesto Ramírez, estaba cansado de excusarse ante la prensa de ese modo tan formal. Era demasiado. Todo era demasiado desde la mañana.

Siempre llegaba a ver a su hermano, el padre de Juan, Tadeo, para ir juntos al trabajo. Era una rutina que tenian desde chicos. Había estacionado su auto, cuando algo lo obligó a ponerse los lentes. La mañana había sido fría así que no le presto mucha atención a la bruma que empezaba a cubrir el ambiente. Pero era algo más. Y no lo notaba solo él, sino la mayoría de vecinos de su hermano. Pequeños destellos, así como cortocircuitos, descargas de electricidad empezaron a acumularse en medio de la pista. Pensó de pronto que ya había pasado por eso. Casi se golpea la cabeza cuando asoció esas cosas con la desaparición de su sobrino tres años atras.

Todo fue rápido. De pronto la bruma comenzó a acumularse en un punto y las descargas comenzaron a ser más luminosas. Y empezaron a condensarse en una forma humana. Y apareció Juan. Al principio no lo reconoció. Estaba más alto, y con unas ropas extrañas como de monjes, túnicas largas con una capucha.

- Que DIABLOS ES ESO!
- Hola tío.

Ernesto casi muere de un ataque al corazón. Se le acerco, lo abrazó para saber si era real, y todas las personas, una docena, que pasaba por allí temerosos caminaban hacia ellos para indagar lo que sucedía.

Casi lo llevo a rastras a la puerta de su casa gritando, llamando a su hermano, a su cuñada, a todos para que lo vean. Cuando abrieron la puerta, lo primero que hizó fuen gritar: "¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Llegó Juan!!!!!!!!!!!!!"

-**********************

Dos días despues comprobaron por las noticias que en todo el mundo, en los lugares donde habian desaparecido chicos así como Juan, habian aparecido todos. Los gobiernos de todos los países hicieron un censo especial para calcular el número exacto de chicos raptados, como eran llamados ahora.

Juan era tratado por sicologos y policas que trataban de descubrir lo sucedido.

- dices que no recuerdas nada? ¿estuviste tres años fuera y no recuerdas?
- Ya le dije, no recuerdo nada.
- Y esas ropas con que apareciste?
- Tampoco lo se. Los que me secuestraron deben haberme vestido así.
- Y la forma en que apareciste?
- No se.
- Eres imposible, chico. Tu familia quiere saber que es lo que paso. Y todo el mundo.
- Pues yo tambien.
- Pues no te creo. Tu sabes algo, he investigado a la chica y al otro muchacho y todos responden de la misma manera, ustedes tienen un secreto.

Juan se paró de golpe. "maldita sea dejenos en paz". ¡porque?

Porque nosotros no somos los enemigos.-
Enemigos? Que enemigos?-

Juan lo miro fijamente y le pidio que lo dejara salir. Al salir la prensa lo abordo con preguntas mas preguntas.

Angie

No se como empezar porque yo no se como empezó todo. A Angie la conocí en la calle. Precisamente haciendo cola para un trabajo. Ella estaba delante de mí, y desde que yo había llegado en mis adentros me había dicho: "que suerte tengo". En ese trabajo querían jóvenes para repartir volantes, estaba algo necesitado de dinero y el dinero que prometían no era poco para solo unas horas de trabajo.

Seleccionaron unos cuantos, a diez, yo tuve la suerte de que era el único que conocía una zona de Chiclayo y ya era uno de los repartidores de volantes. En realidad no eran solo volantes, íbamos a ir de casa en casa dejando unos sobres con información acerca de un producto.

Nos dividieron en cinco parejas, y a mí me toco con Angie. Muchos me miraron con una cara de envidiosos.

- Hola, soy Sergio.
- Hola Sergio, me llamo Angie, creo que nos espera una caminada de la patada.

No quise asustarla contándole que era un salvaje al que le gustaba caminar, y por eso, es que quería el trabajo. Tendría horas de caminar y encima me pagarían por ir al lado de una linda chica.

- Si pues...
- ¿Estudias?

Fuimos conversando hasta que llegamos a la primera casa. Yo llevaba la mochila que contenía los sobres. Nos habían dado unas gorritas amarillas y un polo verde. "Parecemos loros", dijo Angie que caminaba alegremente con un fólder. Toco a la puerta y sale una señora gorda y algo despeinada. De la impresión me quede mudo. Menos mal que Angie salió a mi rescate recitando de memoria las frases que nos habían enseñado en la oficina.

Cuando terminamos y fuimos a la siguiente casa, mientras yo refunfuñaba por mi poco valor, ella caminaba tranquilamente. Volteo a verme de pronto y me dijo que si seguía con esa cara nadie nos abriría la puerta. "Maldita", pensé.

- Es que con tu carita creo que mejor tu hablas, y yo entrego los sobres, OK?
- OK
- Tu seras la fachada, y yo lo interno.
- Yo la fachada, acaso tengo cuerpo de pared

La princesita

La llamabamos la princesita, aunque muchos de nosotros la hubieramos hecho nuestra reina y unica soberana. Era la engreída de todo el mundo y ella engreía a todos, siempre feliz, siempre radiante. Era mabale contodos y nadie podia decir que no le era simpatica. Yo la conoci, una tarde que fui a la casa de Luis Vasquez, su primo. Necesitaba con urgencia un libro que el tenia, asi que habia ido a su casa y en ese momento esperaba que Vasquez saliera de su cuarto, ya hacia media hora que se habia metido a buscar el dichoso libro.

Fue en ese momento en que maldecía para mis adentros a la desordenada vida de luis vasquez, cuando escuche que la mama de Luis abria la puerta y por el pasadizo que daba a la sala, donde estaba yo asado con todo el mundo, aparecia la cegadora sonrisa de una chica alta, de mi talla mas o menos sin los tacos, algo caderoncita y con el pelo lacio y unos ojos claros. Vestia un polito de esos pegaditos y un jean celeste. Un amor de chica. “Hola amigo”, dijo sonriendo siempre. “Y habla”, pensé. Apenas respondi al saludo debido a mi sorpresa. Paso sonriente y mirándome como si yo fuera un niño o su mascota. “Primito”, dijo, apenas levantando la voz. Debió hablar un momento con Luis y luego salio a la sala. Casi todas las familias tienen el conjunto minimo de muebles de dos pequeños, de una personas y un grande como para cuatro. Yo estaba sentado en el grande en un lado. Ella casi corriendo salto a mi lado sentándose y sonriendo siempre. “me llamo Diana, soy la prima de Luchito. ¿Y tú?”

Estaba nervioso, y al ver esa chica tan preciosa, tan ... tan ... provocadora que sonreia sin dejar de mirarme como retándome. No encontraba las palabras. Ella sonrio aun mas, tal vez percibiendo mi nerviosismo. Pero cuando mi cerebro ya reacionaba y mi lengua comenzaba a moverse aparecio triunfal Luis Vasquez, y el libro que habia buscado seguramente hasta en el techo de su cuarto, para encontrarlo debajo del ultimo “El Comercio” que habia comprado. “Javier, aquí esta.”

“ah te llamas Javier”, dijo Diana. Asenti, mientras revisaba el libro, y los dos primos me miraban como si fuera un descubrimiento asombroso, sin leerlo por un buen rato hasta que le dedique una ojeada no vaya a ser que este de cabeza y la flaca se mate de risa junto con Luis.

“Princesita, ahorita me cambio y vamos con Coco” la princesita asintió sonriendo como siempre. “Si, si primito.” Y yo que queria abrazarla por ser tan linda y decirle que ya no se hacen las chicas como tu. Me tomo de la mano dejando mi cerebro trabajando solo en mi mano concentrándose en sentir su mano tomando la mia. “nos acompañas”

“ah ... no puedo, tengo un trabajo que hacer.”
Su respuesta, un “eres malo” casi gritándome, casi me hace desear suicidarme. “malo, que penita pues. Pero eres un chico muy trabajador” decia y sonreia, “ah primito, prestame tu casaca”, y luis le decia que pase a su cuarto y la busque. Me besó en la mejilla despidiéndome. Cuando me despedi de Luis Vasquez, le dije en son de broma que me habia enamorado de ella.

“¿de diana? A todos les pasa eso cuando la conocen, la princesita siempre es asi, con todos, esta media loca, creo. Sabes mi mama siempre dice que Diana iba a ser un angel, sino que dios nos hizo el favor y nos la mando”- me conto. Todo el resto del dia no hice otra cosa que pensar en la princesita y en las cosas raras que decía Vasquez.

No volvi a verla hasta tres semanas después, la noche en que regresaba a mi casa cansado y apenado por haber peleado con una amiga, con la chica con la que queria estar. Esperaba la combi con cara de pocos amigos, cuando senti en mi espalda que alguien em tocaba. Voltee vivamente y la ví. ¡Hola! Dijo,sonriendo, siempre. ¡hola!, respondi algo cortado.
“que haces”
“espero mi combi”
“y tu”
“regreso de la casa de un amigo. Bueno de mi enamorado”, dijo poniendo los ojos en blanco.
Me puso mas triste aún, sin razón, pero triste. Tenia enamorado la princesita.
¿Y cual es tu combi?
Cualquiera, dije.
Ella se rió tan graciosamente, que no quise que terminara nunca de hacerlo.
La mia va al centro, es decir yo voy al centro, mi papi me ha dado dinero para comprarme un celular, el ultimo lo perdi.
Ah..
Mi primo dice que sabes mucho de tecnología y esas cosas, ¿porque no me ayudas a elegir?
La miré, y fuera de lo bonita que era la condenada, no tenia muchas ganas de ayudar.
Rosado.-dije rápidamente.
¿Qué?-ella arqueo sus cejas.
Rosado. Un celular rosa. Justo para una niña como tú.-solo quería deshacerme de ella, quería ir a mi casa y dormirme, pelearme con mi amiga me había vuelto un gruñón.
Gracioso eres. –dijo antes de tomarme por el brazo y hacerme subir a la combi casi a jalones.
Yo con los ojos muy abiertos no atinaba a decirle nada. Ya sentados dentro, me comentó que no le gustaría un celular rosa, ella quería un celular negrito, es mas elegante, y combina con cualquier tipo de ropa.
Yo me seguía preguntando, si mi conocimiento ultravalorado de la tecnología influiría en algo a su decision.

El Viajero

Siempre he querido viajar por el mundo. Romper la rutina y dejar que sea la suerte quien dirija mi vida y no otros, contando padre y amigos. Hace ya tiempo que salí de mi casa abandonando familia, amigos, estudios y una chica que decía estar enamorada de mí. Fue una decisión rápida, no estuve pensándola todo un mes, fue una madrugada, desperté pensando en unos gringos que estaban en la ciudad de pasada, quizás podía acompañarlos. De pronto estaba guardando en una mochila lo que alcanzara de ropa y otras cosillas que quería llevar conmigo. Escribí una carta a mis padres lo mas rápido que pude. Les dije que no se preocuparan ni me buscaran, iba a estar bien. Y lo que es me gustaba mas, iba a sentirme mejor, en mi auto exilio. Tenía algo de dinero guardado en una cuenta. Supuse que serviría mientras encontrara trabajos eventuales y en verdad eso sucedió. Mire a mis padres dormir, un buen rato antes de decidirme. Tal vez mi madre lloraría y papá le subiría la presión, casi me arrepentí.

Bueno pues allí me encontraba fuera de mi casa, con algo de frío y respirando hondo. Pense que los gringos aun estaban en el hotel donde los habia visto alojarse. Eran las tres de la mañana, tome un taxi y llegue al hotel a eso de las tres y cuarto. Los gringos eran dos, hombre y mujer, novios quiza. En ese momento casi regreso a casa pensando que no me aceptarian. Ya me imaginaba regresando a mi casa, cuando una mano grandaza y fuerte me tomo del hombro. Era el gringo, se llamaba Dennis, pero en se momento no lo sabia. “Cuidado flacou.” Sonreí y me hize a un lado para que pudiera pasar con su mochila en la que parecia llevar todo Estados Unidos, incluida Alaska. Tal vez por eso no se sentian tan solos, parecia que en cualquier rato iban a sacar a todo su barrio y ponerse a conversar. Después del gringo paso su hembrita, tambien con otra maleta del mismo tamaño, pense, alli lleva lo que le falta por visitar. Era bonita, algo cruda pero bonita y de buen cuerpo, buenas noches debia pasar el gringo Dennis supuse.

Cuando ellos salieron del hotel, fui tras ellos a la carrera pues andaban rapido y con una sonrisa que parecia que el mundo era perfecto conversaban en su idioma, lo unico que entendia era cuando decian algo en español enredado. Voltearon extrañados, debieron pensar que les iba a pedir dinero o algo asi. Después que les dije lo que queria hacer, ellos se miraron como si estuviera loco. “No, Nou. Regresa a casa. Tus padres deben extrañarte”. Les engañe diciéndoles que era huérfano y no tenia nada. Me explicaron, con una sonrisa condescendiente, que su vida no era facil, no siempre dormian en hoteles, sino que en el camino, en el suelo. Fue un error que me dijeran eso pues me entusiasmo mas. Aceptaron, creo yo mas porque estaban apurados por comenzar y conocer mas. “Esta bien, yo ser Dennis, ella es my girl, Roxana.”

Dime quien soy yo

Dime quien soy yo, seré acaso tu amanecer o tu noche sin fin
Donde me encuentro, dime,
Cuando me abrazas, si junto a ti o muy cerca de tu corazón
Acaso estoy de más como todos, o soy el primero en tu lista
Atrás, delante y a tu lado.
Una vez acaso, he estado cerca de ti?
He caminado contigo, o solo a tu lado?
Me tienes en cuenta, mi amor
Si el alma te duele, me llamas
Si estas feliz, porque estoy contigo
Haciendo mil y una locuras, olvidando a todos
Convirtiendo el mundo al nuestro
Pero dime, al fin y al cabo, quien soy yo?
Tu amigo, tu amante, ya lo se
Pero deseo saber, si soy mas que eso.
Soy tu amor, ya me lo dijiste
Pero también, tu vida?
Día a día, compañera mía
Baúl de mis secretos, has deseado ser mas mía?
Perdona estas preguntas mujer, mi mujer
Acaso soy todo para ti, no solo el beso en la calle
El abrazo al despedirse y al encontrarse
Soy tu sonrisa, también, al despertar
La ilusión de ese corazón loco que tienes
Traté de construir un mundo nuevo para ti
Y quisiera saber, si vas a darle un nombre
Amor....¿soy mas que tu amor?
Dime, quien soy, mi amor
Porque para ser franco, yo no se que soy para ti.
Solo sé, que lo eres todo para mí.

Una historia de Siktans

Despues de qe mahugt fuera apresado por la guardia real, el bebe corria un gran riesgo. Solo un soldado de sangre real podria descubrir la presencia maligna de su perseguidor y no habia guerreros como tales ya que habain sido asesiansods en la segunda guerra con las tribus de la zona oscura.

La zon aoscura es el lado malo que todos tiene y principalmente el narrador de cuentos concoia tal lado, ya que en el se presentababn los dos aldos con tal maginutd que le daba miedo. La zon oscura no habia podido ser explorada por lo pelgrosa y de ella solo se concen hostorias.

Encontraron a diez guerreros detrás de una montaña azul petrifdicados. Parecian estatuas hasta que el narrador reconocio en el a uno de sus amigos d ela infancia y a su hermano. Luego recordo que la caravana con la que viajaba fue atacada por un sjeto alto y fornido que tenia los ojos llameantes y el pelo completamente erizado.

Lo mas sorprendente y que fue lo que paralizo a todos es que el sujeto pareceia concer las técnicas antiguas del arte de los siete guereros que defendían siktans en la antigüedad. Si utilizaban la bionergia entonces era uno de ellos o uno de sus descendientes o alumnos.

El narrador de historias sobrevivio al caer a un precipicio y quedar colgaod de una rama. Cuando subio s donde estaba la caravana encontro a todos muertos como fuminados por un rayo. Paraecia justicia divina.

A su regreso conto su historia pero como era muy concido por todos que inventaba cosas para sobrevivir nadie le creyo. Era aun joven peor nadie lo habia visto trabajr ni hacer algo mas que contar sus historiaias.

El bebe continuaba en la casa de Joseph, este esperaba que maghut regresara pero maghut nunca lo haria. Al amanecer fue ejecutado por atacar a un integrante de la fuerz armada real. El origrn del niño moriria con maghut hasta que su destino vinieraa buscarlo.

Veinte años después en el reino de la zona oscura, origen del bebe que era l,lamado ikanus, se envio a un guerrero a traer al hijo de la pirenciesa. El heredero del trono no iba a cionceder una minima posibilidad d eperder el trono, ordeno el asesisnro del hijo de su hermana.

Los ocho reinos iban a enfrentarse a una fuerza superior a ellos en conjunto y que utilizaba armas que ninguno de ellos habia visto, solo la habian escuchado en las leyendas del narrador de historias.

El guerrero d ela zon aoscura era Thulger. El habia sido el que habia atacado a la caravana del narrador de historias. Ahora acabaria con el bebe. Fue el primero de muchos que habiran de llegar a destruir.

Thulger observo el estado d elos ocho reinos y se dio cuenta dd e que ninguno de ellos podrina enfrentarse siquiera a guerros como el. Entonces se sintio ofendido por el trabajo indigno que habia recibido y regsoa la zona oscura y envio a uno de sus disipulos, Jhulk.

Jhulk era un guerrro menor, pero que podria destruir a un batallon entero de humanos. El entro por laktnas y ataco y destruyo dos ciudades. Primeir fue La ciudad de lago, pregunto por el bebe que habia llegaod hace veitne años y dio las señas, nadie lo ayudo ni le presto atención. El rey de laktans al sospechar d dlea procedencia de jhulk ordeno apresarlo, este destruyo la ciudad liberando de golpe su bionergia que contuvo unos cuantos segundos.

En la segunda ciudad, loya, no pregutno solo llego y la destruyo. Los habitantes que sobrevivieron llegaron a al capital del reino pidiendo ayuda a l rey. Este envio un ejercito, creyendo que miles de guerros de Frihu, el reino vecino estaba atacándolo. nUnca pudieron salir de la capital, por jhulk habia seguido a los sobrevivientes de las dos cuidsdes y la destruyo a la cpaitasl.

Desde que la soledad ha llegado

Desde que la soledad ha llegado
Mi mente ha volado lejos de mi
Vi tu rostro, recorde ese dia triste
Cuando parecia llover, pero solo en tus ojos
Cuando no te tuve paciencia
Yo lo se, recien entiendo
Me buscabas, pero no me encontrabas
Pues yo tambien estaba buscandome.
Ahora solo me queda arrepentirme
Buscare tu perdon, pero no lo encontrare
Me preguntaba que habia hecho mal
Ahora que lo se, dudo en mi
Si hubiera sido mejor, ese dia
Haberte besado, y pedirte otro mas.

Cuando tu te acercas

Cuando tu te acercas
No se donde estoy yo
Por eso me veras
Con una cara de yo no fui
Con ganas de irme y de quedarme
Triste si te alejas
Triste cuando estas a mi lado
Alegre cuando me miras
Y mas aun si me besaras
¿Estaré loco?
Tal vez si, por eso te imagino ahora cerca de mi
Cuando mas lejos estas de aquí

Ahora estoy viendo la ciudad
Caminando estoy a tu lado
Mientras que al mismo tiempo camino muy solo
Cuando te acercas a mi
No se ni quien soy.
Me imagino un niño
Deseando un juguete
Y escuchando historias
Acerca de una princesa
Que no quiere ser mi reina
A veces soy un adolescente
Enamorado del amor
Entonces dejo de navegar en tu mirada
Y empiezo a recorrer
Tu cuerpo a besos.

Cuando te acercas a mi
No se que eres para mi
Un oasis en medio del desierto
Un sol para el frio
Un descanso en el camino
De pronto de conviertes
En mi castigo amargo
Volviendo tu indiferencia
Hacia mi.

Y me pregunto,
¿Acaso he hecho algo mal?
¿Te bese cuando no debí de hacerlo
O dejé de hacerlo cuando querías mas?
Mis ojos te miran preguntándote
Mientras mi boca espera tu respuesta

Al acercarte a mí
Ya no se que hacer
Mi piel se me eriza,
Ya te lo habrán dicho miles de veces
Pero, ahora....te lo digo yo
Y no me importa repetírtelo

Todas esas cosas que tenemos
Un volcán encendido, un iceberg de pronto
Tan impredecibles
Una pelea, una caricia
Me hacen sentirme enamorado
Me convierten en pájaro alado
Listo para estar a tu lado
Cuando lo necesites.
Cuando mas lo desees.

Cacería

Él corría a través del campo. Su cuerpo cada vez se hacia mas pesado, más torpe, mas pesado. De su pierna caía un hilo de sangre que dejaba un rastro que sus perseguidores seguían incansables. Era rápido, pero la herida en la pierna le restaba agilidad, y la pérdida de sangre la sentía como un lastre que se le prendía del cuerpo.

Su perseguidor lo acechaba, lo tenía casi en sus manos, no le quitaba la vista de encima, le impedía descansar, le obligaba a seguir corriendo, tenia que hacerlo, estaba sangrando, y eso lo debilitaría a cada segundo, facilitándole su labor, que era matarlo, un poco mas.

Podía sentir su respiración, que era muy calmada, en comparación con la suya que cada vez era mas agitada, más penosa, como si el aire conspirara contra él. Percibía su mirada en su nuca, omnipresente, cada vez más terrible, más insensible.

La emoción que sentía lo embargaba tanto que parecía que volaba detrás de su presa. Allí estaba, apenas a unos metros, a punto de caer, pero siempre con una tétrica sonrisa en sus labios le concedía unos metros más, unos segundos más para que su terror aumentara, y que fuera peor que la herida que tenía en su pierna.

Resbaló, pensó que era el fin, pero no trastabilló y una fuerza extraña que le salió desde muy adentro lo levantó, y le permitió seguir corriendo. Volteo a ver, el estaba atrás suyo. La pierna empezó a punzar, y la sangre seguía saliendo.

Salto una roca, y se deslizó entre dos árboles, acercándosele cada vez mas, ya se cansaba del juego, y tenia que volver a casa. Pero, piso una roca que tenia una mancha roja, la sangre de su objetivo. Y resbalo, cayendo aparatosamente, llevo la mano derecha al cinto, hacia su revolver; mientras la izquierda le servia de apoyo.

Volteo, “¡resbaló! resbalo, ¡se cayó!”, pensó mientras lo miraba caer, y lo seguía mirando, “me escape, miserable, no me alcanzaras”, ganaba metros, lo dejaba atrás a su cazador, y a la muerte. Pero no se dio cuenta que al frente, adelante, estaba un árbol, cuando volteo con una sonrisa, se estrello con el. No fue tan fuerte el golpe, pero si la sorpresa que lo inmovilizo.

Estaba en el suelo, y ya tenia su revolver en la mano, increíblemente él estaba inmóvil, fijo, de espaldas a él. No había tiempo de pensarlo. El cazador apretó el gatillo.

Anoche te senti mas cerca

Anoche te sentí mas cerca

Pude ver tu sonrisa frente a mi

Oler tu perfume

Acariciar tu pelo.

Anoche te bese tantas veces.

Y muchas mas veces, te hice el amor

Sin descansar, nos quedamos casi sin respirar

Anoche te dije tantas palabras

De esas que te gustan, que te hacen suspirar

Esas palabras que te hacen cerrar los ojos

Y me permiten, de tu confianza abusar

anoche te sentí mas cerca que nunca.

A pesar que entre otras cosas

Ya no estabas aquí.

Poema 45645678

ANTES DE QUE ANOCHEZCA VOY A LLORAR DE NUEVO
ANTES DE DORMIR TE VOY A RECORDAR
ANTES DE IRME LEJOS TE PERDERE PARA SIEMPRE
Y TU TAMBIEN ME PERDERAS
POR QUE NO QUISISTE LO QUE TE DABA
POR QUE NO TE IMPORTO
POR QUE NO TE DISTE CUENTA
POR QUE NO PUDISTE HACER NADA POR LO QUE YO SENTIA.
DE QUE ME SIRVE QUERER A QUIEN NO ME QUIERA
DE QUE ME VALE ESA AMISTAD QUE NO QUIERO
QUE ME IMPORTA UNA AMIGA CUANDO NO PUEDO TENER UNA MUJER
ESTE DOLOR A QUIEN LE IMPORTA SINO A MÍ
COMO SONREIR SI LLORO POR DENTRO Y SUFRO CADA DIA MAS
AL VER QUE NI UNA MIRADA RECIBO DE TI
QUE ESTOY PENDITEN DE TI
Y YA NO PUEDO SOPORTAR SER NADA MAS QUE TU AMIGO
UN AMIGO AL QUE NI SIQUIERA LE DAS UN POCO DE CHANCE
JUSTO EN ESTE MOMENTO ESTOY PENSANDO EN TI
EN ESTE SEGUNDO SUFRO POR ESTAR LEJOS DE TI
QUE YA NO PUEDO HACER NADA
Y ES MAS QUE SEGURO QUE NI SIQUIERA
UN SEGUNDO ME HAS CONCEDIDO EN TUS PENSAMIENTOS
DESDE LA ULTIMA VEZ QUE CONTIGO HABLE.

Poema 44646421

me gusta tu forma de ser porque un día descubrí en tus ojos

una cosa que nunca he visto a nadie, un brillo loquito, una luz que solo yo puedo ver

te confieso, sin pudor, que deseo hacerte el amor sin tiempo ni final

que más da, si te molesta, si dices que hay otras cosas más importantes

pero, disculpa, soy de carne y hueso, y frente a tu piel

mi piel se eriza y desea entrelazarse con la tuya

ser uno, y dos al mismo tiempo, hacerte mía, hacer de tú y yo, un nosotros.

Poema 644

estoy esperándote, que llegues esta tarde

hoy quiero mirarte a los ojos

y buscar la respuesta a mi soledad

hoy, que ha amanecido nublado, y mi alma esta triste

deseo encontrarte a mi lado, con una sonrisa sin fin

estoy esperándote, que aparezcas por la esquina

y que no pases de frente, sino que te quedes junto a mí

al despertar he dicho tu nombre, y te he buscado cerca

estas tan lejos que te siento tan cerca

tu boca ha inundado mis labios de deseo

y mis manos buscan acariciarte sin cesar

hoy, que he pasado el día, sin calma ni paz

estoy esperándote y ojalá que llegues.

Poema 545646354654

te encontré, al fin, hoy te tengo

te soñé tantas veces, a mi lado

bese mil labios para tratar de conocerte

he atravesado distancias

han pasado años para hallarte

te encontré, al fin, hoy te tengo

te encontré, al fin, hoy te tengo

y ahora, después de tanto

al fin de miles de historias

lo único que te digo, al oído y muy bajito, es:

“Cómo te extrañe¡”

Poema 644446323

a veces parece que me odias, a veces que me amas

hay ratos en que debo gritarte para que recuerdes que vivo estoy

que mi corazón y mi ilusión, no viven sino en tus ojos

hoy te reclamo, por mí, por ti, que no quieres decir nada

que no me quieres ni el saludo dar, que no me quieres

que fue, que hice, todavía no es tarde, nunca es tarde

vas a volver me preguntas, pero tu huyes de mí

cuando me equivoque, cuando te hice esa herida

que te duele tanto, tanto como a mi no creo

Merezco esto, lo nuestro merece olvidarse, es justo?

Hoy te busco y no te encuentro, que extraño, antes no eras así

Hoy te encuentro en cada cosa, en cada canción, pero a ti, a ti no te encuentro.

Poema 45564654


Hoy me siento de lo peor y sé que puedo estarlo aun más
Señor cantinero, una mas por favor, no me la niegue
Es mi derecho, ya soy mayor de edad
Solo quiero una mas

No puedo negarlo, quiero largarme, me quiero emborrachar
Pues la mujer que quiero, no sé por donde andará
Estoy extrañándola y borracho la he de olvidar

En el borde

A veces ocurre que no entendemos para que estamos en este mundo y queremos desaparecernos. Simplemente vemos al mundo como a través de un cristal, como si fuera una mala película. Miramos hacia delante y no vemos nada. En eso estaba pensando al borde del puente. Hacia frío pero no me importaba aun cuando siempre había sido friolento. Eso iban a decir de mi, era friolento, era callado, “era”, porque saltaría y pasaría del feo “soy” o “es” al calmado y muerto “era”. La ciudad era gris y no era una gran ayuda para mi estado de ánimo. Eran las dos de la madrugada, y la garúa y la niebla me daban aun más tristeza que la razón que me impulsaba a suicidarme. ¿Mi Familia? Quién sabe que estarían haciendo. La verdad que sentía que les había fallado. Allí estaba yo, al borde del puente mirando el río casi seco donde mi cuerpo se estrellaría. Tenía que hacerlo bien, no quería quedar agonizante abajo sufriendo interminablemente hasta que alguien me encontrara y me llevara a un hospital donde me devolverían la salud, mi melodramática salud, si es que lo hacían, y a la vida horrible en la ciudad.

No se porque gire la cabeza un poco a mi derecha. Tal vez fue una sensación algo extraña que me impulso a ver hacia un lado. Cerré y abrí los ojos varias veces. Me parecía una alucinación. No me drogaba, así que deseche esa posibilidad. “Debe ser mi estado de ánimo”, me dije. Era una chica como de mi edad, o algo más joven. También estaba en el borde del puente, unos metros más allá. Tenía los ojos cerrados extendiendo sus manos, y su cabello rubio, me parecía, suelto flotaba en el viento. Era de piel clara y vestía un polo y un blue jeans. Pensé que si ella, tan bonita, se iba a suicidar, yo no tenía esperanza. Miré hacia abajo, donde los dos íbamos a terminar. Por que no acercarme a ella y desde allí hacerlo juntos. No. No se que me pasó. Era injusto que esa chica bonita se matara y yo pensando matarnos juntos. Me aleje del borde y caminé hacia ella.

Cuando llegué donde ella, aún estaba en la misma posición y ya no me parecía una alucinación, era muy real. Solo estaba mirándola. ¿Qué crees que haces?, me preguntó sorpresivamente. No se había movido ni abierto los ojos. No sabia que decirle, es decir, que le dices a alguien que se va a suicidar, ¿que no lo haga, cuando tu también lo vas a hacer? Después pensé que ella no se iba a suicidar sino que solo estaba en ese lugar para… ¡no lo sé! “No lo sé. Solo no quiero que lo hagas, lo que piensas hacer.”, le dije. La garúa se había detenido pero la niebla era más espesa. Parecía que estábamos entre nubes. “Quiero acabar con los problemas. Eso quiero hacer”, me replicó.

“No acabarás con los problemas, solo contigo”, dije. “Tú has venido a lo mismo.”, ella abrió los ojos y volteó sobre su propio eje. Continuaba en el borde del puente y me miraba. Tenía una infinita tristeza en su rostro, como cuando despiertas de un sueño triste. “Tal vez soy yo un problema y vengo a terminarlo.”, me dijo. “Sólo no lo hagas, no ahora.”, le pedí. “Debes estar loco para pedirme eso.”

“¿Loco?”, le replique, “Claro que lo estoy. Debo estarlo. Talvez siempre lo he estado.”

Le sujete una mano. Ahora estaba un poco molesta. Se le veía en su rostro. Se podría arrojar al abismo y yo no tendría la fuerza para sujetarla. Pero caminó hacia mí lentamente. Empecé a caminar llevándomela en silencio. Caminamos por horas hasta que pensé ir a mi cuarto, el sitio de tres por tres que alquilaba. No habíamos hablado nada, y tampoco le dije hacia donde íbamos. Ella tenía mucho frío pues tiritaba y temblaba la mano que yo sujetaba y que no quería soltar pues me parecía que aun estaba al borde del puente. Llegamos con la mano libre abrí la puerta, ahora ella la que no me soltaba. Casi amanecía y estaba tan cansado que solo quería dormir. La senté en la cama y me soltó. Cerré la puerta y eche llave. No se porque eche llave, tal vez tenia miedo que se vaya y me deje la sensación de un mal sueño. Pero deje las llaves en mi mesa, no quería asustarla. Me senté en el suelo apoyado en la pared, frente a mi cama, donde estaba ella. No sé cuando, pero me dormí.

Desperté pasado el medio día. Miré mi cama y estaba vacía. Sonreí pensando que lo había soñado. Me paré y me eche en la cama pesadamente. Al echarme sentí en mi espalda un papel o algo así. Si era un papel con algo escrito. “Quién quiera que seas: Tengo que irme.” Allí sonreí nuevamente, si era verdad. Pero que fea nota, “tengo que irme”, bromeé remedando. Como a las seis salí hacia mi trabajo. Mi labor era estar sentado seis horas en la boletería de un cine vendiendo las entradas. El sueldo era miserable pero me ayudaba a vivir. Allí recordé una de las razones por la que iba a suicidarme. Casi terminado mi horario, tomé la determinación de matarme. Ahora sí. Regresaría a mi cuarto y dejaría todo en orden, de nuevo, e iría al puente. Me pregunte mil veces para que había salvado a la chica, o si ella me había salvado a mí.

Llegué a la una de la madrugada y desde la esquina de mi casa miré en las escaleras del vecino una silueta que se me hizo familiar. Era la chica, “¿qué haces?” le pregunté. Encogió los hombros y me miró como pidiéndome unas palabras. “menos mal que llegaste.”, me dijo. Tenía la voz, como explicarlo, era suave, pero tenía ago así como saltos, como si las palabras chocaran con algo en su garganta. Le dije que subiera conmigo. Ni un sí ni un no, solo fue tras mío. Intenté conversar algo con ella pero parecía molestarse cuando le preguntaba algo. Me quede callado. Ella se echo en mi cama. Y me llamó. “¿vas a dormir en el suelo otra vez?”, preguntó mirándome algo irritada.

“Te molesta?”

“No, asi tendre la cama para mi sola, pero no me gustaría aprovecharme de ti.”

“¿Aprovecharte?”, pensé un momento que quería acostarse conmigo por agradecimiento y reconsideré la idea de tirarme por el puente.

“Solo ven”, dijo moviendo una mano.

Me senté a su lado en la cama, ella me miraba fijamente. Pensé que si quería tener sexo, era su problema. En ese momento no tenía ganas de nada.

“No puedo encontrar trabajo. Y además, mis padres se acaban de divorciar.”

Talvez estaba presentándome sus motivos para intentar el suicidio. La mire por vez primera como mira un hombre a una chica que pasa por la calle. No era fea. Era simpática, hasta bonita, diría yo. Vestía una falda hasta las rodillas, pero de la manera como estaba echada en mi cama, dejaba ver unos bonitos muslos, y además su escote era muy generoso. Tal vez si tendría ganas de tener sexo con ella, claro, si ella seguía con esa intención.

“Que raro, yo odio mi trabajo, y quisiera saber que diablos hacen mis padres estos días, no los veo hace mucho”

“Estaba esperando que te tiraras…”

Me reí, era increíble, me contó como había llegado con la determinación de lanzarse pero cuando me vio al borde del puente, esperaba que me tirara para ver como quedaba al fondo, en el río. Tal vez luego ella lo haría.

“¿Qué diría tu novio si supiera que estas en la habitación de un extraño, y además en su cama?”

Su carcajada me dejó helado, era tan fría, tan cortante.

“El idiota se tira a mi prima, así que no le importará mucho. Además no eres un extraño. ¿Y tu novia?”

“No tengo. La última que tuve me dejó porque no tengo un buen trabajo, no gano mucho.”

“Que pena, lastima que haya mujeres así….Oye, me voy…”, dijo parándose repentinamente.

“Pensé que te ibas a quedar hoy.”

“Si, pero, mejor me voy a mi cuarto, mi mamá me va a llamar y no quiero que ella me mate antes de suicidarme.”

“Es muy tarde, mejor te vas en la mañana.”

Tomé su mano. Ella se echó inmediatamente, y me dio la espalda. Antes de dormirse me pidió que la despertara al amanecer, yo la escuche entre sueños.

En internet, con una falsa Susana

Cerró la boca. Y casi se traga, junto con su orgullo, a toda ella. Lucho habia ido a una cabina publica de internet y cuando estaba navegando una chica que de pronto apareció le pregunto que como se entraba a internet. Justo estaba que bostezaba y por el roche tuvo que cerrar la boca como pudo. Y como pudo recuperó la voz, ayudándola. Era simpatica, algo alocada constataría despues. “Ay, es que recién empiezo”, decía; “Si, claro y a mi me interesa un montón.”, pensaba Lucho.

Seguía navegando, encontró una pagina interesante, era una que trataba sobre hacking, seguridad informatica y esas cosas que le interesaban, y cuando iba a empezar a leer, la vocecita de la chica de al lado lo sobresalto tanto que cerró la ventana. “Maldita sea, la conch…”, dijo entre dientes. La chica desentendida le preguntó si podía ayudarle a grabar un documento que tenía en su monitor. Una sonrisa coqueta (“propia de Susanita”, pensó) lo convenció de que no había porque molestarse.

Ayudó a la falsa Susana, y siguió leyendo su página.

Lucho en la casa de Susana

Lucho iba a la casa de Susana Chávez a estudiar siempre que podía, "Susanita la bonita", le habría corregido la coqueta de su amiga. Y es que Susanita, era la chica más coqueta con la que uno podría encontrarse en este mundo.

Era tan cariñosa, tan amiguera, como había dicho Edson Farro - el único hombre cuya estado natural era estar enfermo - "Susana tiene una vida social increíble", y era tan calentona que por mas que uno no tuviera malos pensamientos ella los provocaba. Y tenia tan buen cuerpo…ya el chino Ríos - no el tenista chileno, sino uno de los compañeros de la universidad de Lucho - tenia su frase para ella: "ese culo me enferma". Y no había el que no decia que era una "calientahuevos".

Y a Lucho también le enfermaba, ese trasero, esa parte de atrás. Y allí estaba, media hora después de que Susana con voz melosa y coquetísima ella, le pedía, "Ya pues Luchito, ¿estudiamos juntos?, tienes que venir porque tienes que enseñarme, por favor no seas malo". Y Lucho haciéndose el cansado, el interesante, Lucho el malvado, para después de unos instantes decirle que si que ya iba. "Ya Luchito, entonces nos vemos.", y él "ya Susi, nos vemos.", maldiciéndose por no poder negarse, y a la vez pensando, "cuanto tiempo me duraras ahora, Susi". Y es que Susanita se quedaba dormida a las dos horas de empezar a estudiar. Para ella no era el estudio. "Ay, es que yo no sé que me pasa, Luchito. Por mas que quiero no puedo quedarme despierta.", y Luchito palteado por que el se quedaba con todos los libros y Susanita durmiendo bien tranquila frente a él, y ahora empezaba a distraerse con la enfermedad del chino Ríos, por que Susana se había enrollado como un ovillo en el mueble para dormir mas cómoda y cómo se su deliciosa parte de atrás.

Y Lucho entre los libros y la parte de atrás de Susanita, y unos pensamientos que se le prendían de la cabeza y los libros y mañana el examen, y Susanita que se quedo dormida, y su parte de atrás que se nota un montón. "Y que buena que estas Susanita", pensaba Lucho, "y al diablo con el examen, yo también voy a dormir antes que te viole."

Y en ese momento la criminal de Susanita que se levantaba y le decía "Luchito!", por que ella siempre le decía Luchito, solo le decía Lucho o Luis cuando el se pasaba de listo o se molestaba. Y a todos sus amigos les decía su nombrecito, les ponía su "ito", toda coqueta, simpaticona, la Chávez, porque ella era así, y nadie la iba a cambiar. Y eso decía Lucho, y pedía que nunca cambie. Aunque ahora la maldecía porque ya se dormía y la Chávez que se despertaba y le decía todo seria, pero en broma, "no te duermas Luchito, tienes que estudiar", y Lucho de la cólera y del sueño no le decía nada.

La chica de la tienda

Ya la había visto antes, total siempre iba a esa tienda. Era chata, y tenía un lindo rostro con unos ojos color caramelo que le gustaban mucho.

Un día la invitó a salir,ella accedió si iba con una amiga, él lo pensó bien, podía decirle que sólo quería salir con ella, pero si le decía eso, la chica se podía sentir presionada o acosada en el peor de los casos. Aceptó la condición, salieron a comer un ceviche. Los tres.

La amiga era un poco antipática, hablaba poco, y la mayor parte de cosas que sólo entendía ella, él estaba perdido. Pero trató de jalar el tema de la conversación hacia un tema más conocido por él. Al terminar, se despidieron, el se quedó entre tonto y buena gente, pero se presumió asimismo de haber podido saltar la valla de la amiga antipática.

Al día siguiente volvió a encontrarla. Le sonreía de modo diferente a los otros días. Casualmente le sugirió que podían salir otra vez. Eso le alegró mucho. Espero pacientemente un par de días y volvió a invitarla.

Ella volvió a pedir que fuera con su amiga. Esta vez él se resistió un par de veces, antes de ceder y volvieron a salir los tres. A comer ceviche, una cervecita también. La amiga antipática estaba menos predispuesta a malograr la salida.

Al terminar, pensó que quedaba entre buen amigo y proyecto de algo más que amigo. Sentía que avanzaba, pero no quería acercarse demasiado como amigo, sino todo saldría mal.

Tercer intento: la invitó a cenar. Esta vez ella no dijo nada de su amiga. Eso era lo que él esperaba. Fueron a un restaurante donde pidieron parrilla y conversaron acerca de Julio César, Cleopatra y Marco Antonio. Ella se declaró romántica y él por no quedarse atrás dijo que en ocasiones se podría morir de amor. Tal vez por ella.

Ella abrió sus ojos caramelo y lo quedó observando antes de seguir hablando de Cleopatra. Bajó los ojos y dejó de hablar de la reina de Egipto para decirle que le parecía conocerlo desde hace años. Eso causó que él tuviera dificultades para pasar el trozo de carne que en ese momento estaba en su boca. Ella siguió hablando sin levantar la mirada, diciendole que él era el tipo de hombre que le gustaba, pero que la confundía mucho, él no podía pasar el trozo de carne y no podía responder. Lo logró, y le tomó de la mano.

Le dijo que ella le gustaba mucho, y que quería conocerla mejor, ser mucho más que un amigo. Cuando ella levantó la mirada, se dió cuenta que tenia los ojos caramelo inundados de lágrimas. Se levantó y se fué corriendo del restaurante. Parecía una escena de una telenovela. No le dolió que lo dejara solo mientras los demas comensales lo miraban extrañados, seguramente algo le pasaba y él tenía que averiguarlo, porque ella le importaba.

Nuevo inquilino

Al final acepté, después de todo Javier no era un santo, pero tampoco era un desconocido. Además quería el cuarto por un tiempo, mientras se amistaba con sus viejos. Su plan era sencillo y a la vez bien complicado.

-Imaginate, mi viejo es un conchadesumadre, y mi viejita no se queda atrás. Va a tomar tiempo que me inviten a vivir a su casa, pero lo harán al final.
-Bien conchudo eres, ¿porqué no te quedaste en Lima?

Y me contó, aunque ya me había adelantado algo. Se había ido porque Julissa, que era la chica con la que estaba saliendo parecía estar encinta. Y Javier, con todo lo conchudo que era, tenía miedo de ser padre y peor aún, de enfrentar al papá de Julissa, que recordé, lo conocíamos como el Padrino, porque el tío era mafioso, al menos los rumores.

-Saqué cuentas y podía acabar en cualquier lado con un par de balas en la cabeza o descuartizado. Ya sabes como cuidaba el Padrino a su Julisita.
-Y lo que confiaba en tu inocencia.- le recordé.

Estallamos en risas, Javier se había enterado tres meses después, que Julissa no estaba embarazada ni imaginariamente, y que su huída había sido en vano. Y durante esos tres meses había vivido de casa en casa de algunos conocidos. Consiguió un trabajo en un bar, de mozo, y como él decía, le agarró la estupidez y no se comunicó con sus padres hasta seis meses después. Es decir, nueve meses para que se contacté con sus papás, quienes nos negaron saber de él hasta la fecha. Pero eso sí no le perdonaron la tontería, y el papá secretamente le dijo que si Javier no tenía los huevos para enfrentarse al viejo de la hembrita que se está tirando, él si los tenía para olvidarse que era su hijo.

-Ya ves, si no me mataba el Padrino, me mataba ese huevón.

Llamé a mi madre en Lima, a informarle, de todas maneras se enojó, pero se tranquilizó al saber que Javier había pagado tres meses por adelantado. Me recomendó eso sí, que si hacia algún desorden que lo botara ipso facto. No le haría eso a ningún inquilino, y aunque se lo prometí, pensé que nunca se iba a enterar, así como no se enteró de Teresa, una chica que vivió en mi casa tres meses y sólo pagó dos, ni de Mili, que aún debía dos meses. Bueno todo eso, se debía al pusilánime del encargado, es decir yo.

-Bueno pues compadrito, anda toma tu sal de andrews y duermete porque estás con una cara de muerto.

Le agradecí el consejo, él se fue a su cuarto, y yo al mío. Mi mamá me pedía el 25% del alquiler que se le pagaba, así que tenía un buen presupuesto por lo menos en este mes. Luego ví la casaca de Javier en el mueble, y pensé si no había metido un problema en mi vida.

La llegada

Tocaban la puerta muy temprano, bueno eran casi las 10, pero el día anterior había estado hasta tarde en casa de Martín, y con chelas van, chelas vienen llegaron a las 4 de la mañana, así que todavía tenía sueño.

Además era domingo, me dije, me tapé la cara con la almohada, pero siguieron tocando. Y lo peor es que se escuchaba. Salí a ver quien era. Tal vez uno de los inquilinos.

Debió haber sido la mala noche, o el sol fuerte que dominaba a Chiclayo, pero tuve que cubrirme la vista para ver a la persona que tocaba la puerta.

"Podría jurar que es...", dije al verlo. Estaba más flaco, un poco mas viejo, despues de todo, 3 años, no pasan en nada.

- Que carajo, ¿acaso no conoces a los amigos?

Si, era él. Javier, el pata que se quitó a Lima de un momento a otro, y que nunca llamó, ni lo llamamos tampoco porque dejó su celular en casa de Antonio, y ni sus padres sabían donde se había largado. Estaba cansado se veía, y tenía una mochila al hombro, seguramente su ropa, pensé. Le hice pasar, luego que me abrazara efusivamente, aunque pense en una amistad anterior, ahora no sabía, aunque me empezó a doler la cabeza por la cerveza, él se dió cuenta, y me hizo recordar que yo nunca aprendí a tomar. Le pregunté que de donde venía.

De Lima, venía de Lima, en Trujillo el bus hizo una parada técnica en un grifo y el bajó a estirar las piernas, ahí entabló conversación con dos rubias, buenazas según me decía, que estaban en una camioneta. Le dijeron que iba a Chiclayo también, y lo animaron a ir con ellas. No lo pensó dos veces, aceptó. Hasta imaginó hacer un trío con las rubias. No pude evitar reírme, lo malo que a la entrada de Chiclayo, la camioneta de las rubias se malogró. Llamaron a no se quien, pero la cosa es que le dijeron que ya no lo podían llevar.

- Seguramente el marido de una ellas. - le dije

Hizo un ademán indicando que no le importaba, y me dijo que quería algo.

- ¿Qué?

- Alquilame un cuarto, por un tiempo.

Debía ser un efecto de tanta cerveza del día anterior, escuchaba a mi madre gritarme por telefono al enterarse que Javier estaba viviendo en su casa. No sabía que decir.