El perro Chuko

Cuando llego a nosotros era diminuto, apenas abria los ojos. Le gustaba dormir panza arriba, lo que nos causaba bastangte gracia, conforme crecia nos dimos cuenta que tenerlo era un error, no porque no lo queriamos, sino que nuestro departamento era muy pequeño, el sufria por la falta de espacio, hasta que un dia dejo de comer, y empezo a orinar sangre, parecia que alguien le habia envenenado, lo llevamos a un veterinario, y este intento salvarlo, pero era muy tarde, lloramos mucho, no pidamos dejar de llorar y cada vez que me acuerdo de él, pienso que fue nuestra culpa, el no darle un buen lugar para vivir. Te queremos Chuko.