La princesita

La llamabamos la princesita, aunque muchos de nosotros la hubieramos hecho nuestra reina y unica soberana. Era la engreída de todo el mundo y ella engreía a todos, siempre feliz, siempre radiante. Era mabale contodos y nadie podia decir que no le era simpatica. Yo la conoci, una tarde que fui a la casa de Luis Vasquez, su primo. Necesitaba con urgencia un libro que el tenia, asi que habia ido a su casa y en ese momento esperaba que Vasquez saliera de su cuarto, ya hacia media hora que se habia metido a buscar el dichoso libro.

Fue en ese momento en que maldecía para mis adentros a la desordenada vida de luis vasquez, cuando escuche que la mama de Luis abria la puerta y por el pasadizo que daba a la sala, donde estaba yo asado con todo el mundo, aparecia la cegadora sonrisa de una chica alta, de mi talla mas o menos sin los tacos, algo caderoncita y con el pelo lacio y unos ojos claros. Vestia un polito de esos pegaditos y un jean celeste. Un amor de chica. “Hola amigo”, dijo sonriendo siempre. “Y habla”, pensé. Apenas respondi al saludo debido a mi sorpresa. Paso sonriente y mirándome como si yo fuera un niño o su mascota. “Primito”, dijo, apenas levantando la voz. Debió hablar un momento con Luis y luego salio a la sala. Casi todas las familias tienen el conjunto minimo de muebles de dos pequeños, de una personas y un grande como para cuatro. Yo estaba sentado en el grande en un lado. Ella casi corriendo salto a mi lado sentándose y sonriendo siempre. “me llamo Diana, soy la prima de Luchito. ¿Y tú?”

Estaba nervioso, y al ver esa chica tan preciosa, tan ... tan ... provocadora que sonreia sin dejar de mirarme como retándome. No encontraba las palabras. Ella sonrio aun mas, tal vez percibiendo mi nerviosismo. Pero cuando mi cerebro ya reacionaba y mi lengua comenzaba a moverse aparecio triunfal Luis Vasquez, y el libro que habia buscado seguramente hasta en el techo de su cuarto, para encontrarlo debajo del ultimo “El Comercio” que habia comprado. “Javier, aquí esta.”

“ah te llamas Javier”, dijo Diana. Asenti, mientras revisaba el libro, y los dos primos me miraban como si fuera un descubrimiento asombroso, sin leerlo por un buen rato hasta que le dedique una ojeada no vaya a ser que este de cabeza y la flaca se mate de risa junto con Luis.

“Princesita, ahorita me cambio y vamos con Coco” la princesita asintió sonriendo como siempre. “Si, si primito.” Y yo que queria abrazarla por ser tan linda y decirle que ya no se hacen las chicas como tu. Me tomo de la mano dejando mi cerebro trabajando solo en mi mano concentrándose en sentir su mano tomando la mia. “nos acompañas”

“ah ... no puedo, tengo un trabajo que hacer.”
Su respuesta, un “eres malo” casi gritándome, casi me hace desear suicidarme. “malo, que penita pues. Pero eres un chico muy trabajador” decia y sonreia, “ah primito, prestame tu casaca”, y luis le decia que pase a su cuarto y la busque. Me besó en la mejilla despidiéndome. Cuando me despedi de Luis Vasquez, le dije en son de broma que me habia enamorado de ella.

“¿de diana? A todos les pasa eso cuando la conocen, la princesita siempre es asi, con todos, esta media loca, creo. Sabes mi mama siempre dice que Diana iba a ser un angel, sino que dios nos hizo el favor y nos la mando”- me conto. Todo el resto del dia no hice otra cosa que pensar en la princesita y en las cosas raras que decía Vasquez.

No volvi a verla hasta tres semanas después, la noche en que regresaba a mi casa cansado y apenado por haber peleado con una amiga, con la chica con la que queria estar. Esperaba la combi con cara de pocos amigos, cuando senti en mi espalda que alguien em tocaba. Voltee vivamente y la ví. ¡Hola! Dijo,sonriendo, siempre. ¡hola!, respondi algo cortado.
“que haces”
“espero mi combi”
“y tu”
“regreso de la casa de un amigo. Bueno de mi enamorado”, dijo poniendo los ojos en blanco.
Me puso mas triste aún, sin razón, pero triste. Tenia enamorado la princesita.
¿Y cual es tu combi?
Cualquiera, dije.
Ella se rió tan graciosamente, que no quise que terminara nunca de hacerlo.
La mia va al centro, es decir yo voy al centro, mi papi me ha dado dinero para comprarme un celular, el ultimo lo perdi.
Ah..
Mi primo dice que sabes mucho de tecnología y esas cosas, ¿porque no me ayudas a elegir?
La miré, y fuera de lo bonita que era la condenada, no tenia muchas ganas de ayudar.
Rosado.-dije rápidamente.
¿Qué?-ella arqueo sus cejas.
Rosado. Un celular rosa. Justo para una niña como tú.-solo quería deshacerme de ella, quería ir a mi casa y dormirme, pelearme con mi amiga me había vuelto un gruñón.
Gracioso eres. –dijo antes de tomarme por el brazo y hacerme subir a la combi casi a jalones.
Yo con los ojos muy abiertos no atinaba a decirle nada. Ya sentados dentro, me comentó que no le gustaría un celular rosa, ella quería un celular negrito, es mas elegante, y combina con cualquier tipo de ropa.
Yo me seguía preguntando, si mi conocimiento ultravalorado de la tecnología influiría en algo a su decision.

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